El tango y el empoderamiento femenino dan un giro a la ópera ‘Carmen’ en Nueva York
Alicia Sánchez Gómez / EFE
El tango dio un giro a ‘Carmen’, la ópera del francés Georges Bizet, que entre las paredes del teatro Lincoln Center de Nueva York y con la interpretación de un elenco latinoamericano transformó esta tragedia en una historia de empoderamiento femenino.
‘La Carmencita’ es una producción de la compañía The Opera Next Door que reinterpreta la música de Bizet basada en la novela homónima de Prosper Mérimée, quien a través de una trama de amor y traición narró la ardua vida de la clase trabajadora del Sevilla de 1820.
“Queríamos darle un giro latinoamericano a la historia”, contó en una entrevista con EFE antes del estreno Sasha Gutiérrez, directora de la compañía y responsable de la adaptación de la obra, cuyas canciones se representaron en español con subtítulos en inglés.
Tanto los músicos como los actores de la ópera proceden de México, Puerto Rico, República Dominicana, Argentina y Colombia, lo que “demuestra la creatividad que tenemos (los latinos) y cómo podemos sacar proyectos de alta calidad cuando unimos fuerzas”, incidió Gutiérrez, oriunda de Cali (Colombia).
Aunque la ópera se representó en español, entre el público había algún que otro estadounidense: “Incluso aquel que no conozca la ópera podrá reconocer las melodías porque las hemos escuchado en películas y series de televisión”, expresó Gutiérrez, que negó que el idioma fuese a ser un obstáculo para el público norteamericano.
El tango, telón de fondo del empoderamiento femenino
La compañía representó ‘La Carmencita’ en una pequeña sala del Lincoln Center que se abarrotó de gente hasta tal punto de que muchos de los asistentes tuvieron que ver la obra de pie.
En su estreno, The Opera Next Door sorprendió al público del teatro cambiando el final de la obra, que lanza un mensaje contra la violencia de género y pone el foco en la sororidad entre mujeres y el empoderamiento femenino.
La frase “a la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa” se proyectó en la pantalla al término de la ópera, mientras el personaje de don José, un hombre agresivo y machista, lo observaba con detenimiento.
En esta versión, ambientada en el Buenos Aires de los años 30, el personaje de Carmen sigue siendo una mujer con carácter que, ante todo, valora su libertad, aunque en lugar de ser una cigarrera gitana se gana la vida cantando tangos en los bares de la ciudad.
El tango sirvió de telón de fondo de la historia de Carmen, y el bajista Pedro Giraudo, uno de los máximos exponentes del tango actualmente y ganador de un Latin Grammy, fue el encargado de adaptar la música de Bizet a este género.
Así, los actores se movían en el escenario -decorado sobriamente con dos sillas y una pequeña mesa para simular el bar en el que trabaja la protagonista- acompañados de los músicos y de dos bailarines de tango que daban color a sus diálogos.
Hacer la ópera más accesible
The Opera Next Door, afincada en el distrito de Brooklyn, nació en 2020 con el objetivo de hacer la ópera más accesible, pues este género teatral tiende a estar fuera del alcance de los ciudadanos de a pie por su alto coste y por la idea preconcebida de que es un arte “elevado”.
Por ello, la compañía lleva a cabo producciones al aire libre abiertas a todo el mundo, generalmente en verano: “Nos hemos dado cuenta de que esto ha sido una herramienta muy efectiva para llamar a todo tipo de demografías y personas, para convertir la ópera en algo más accesible”, subrayó Gutiérrez.
El espacio en que se representa -al lado de una barra de bebidas y comida- se aleja de los teatros sofisticados en los que suelen verse las óperas para aproximarse a las calles en la que la compañía dio sus primeros pasos y para ganarse la confianza de un amplio abanico de público.