Cargos contra red de narcos latinos
El Fiscal General Christopher S. Porrino anunció cargos contra 15 miembros de una importante red de drogas, incluyendo su alegado cabecilla, Fernando Díaz-Rivera, quién por años se alega ha sido uno de los más grandes proveedores de heroína y cocaína en Camden y en el norte de Filadelfia.
Fernando Díaz-Rivera, 33, alias el “Gordo,” quien tiene casas en Salem City, N.J., y Salinas, Puerto Rico, está imputado de liderar una red de tráfico de narcóticos, un cargo en primer grado que lleva una sentencia de 25 años sin libertad condicional o cadena perpetua. La red se alega distribuyó un total de 20 a 30 kilos de heroína y cocaína combinados por mes en Camden y en el norte de Filadelfia.
En meses recientes, Diaz-Rivera se alega administró la red desde Puerto Rico, dando órdenes a otros miembros importantes de la red, particularmente a Luis Ortiz-Merced, alias “Moodo,” 33, de Filadelfia. Diaz-Rivera actualmente está detenido en Puerto Rico.
Se alega que la red tenía enlaces de proveedores de drogas de México. Varios miembros de rango de la red tenían previas convicciones por ofensas de armas, y se alega que la red usó armas y amenazas de violencia para conducir su negocio.
La oficina del Fiscal General confiscó más de 6 kilogramos de heroína y aproximadamente 9 kilogramos de cocaína durante la investigación, interceptando cargamentos desde Chicago a Puerto Rico. Esas drogas estaban valoradas a más de $600,000 en bulto, y una vez cortadas y empaquetadas para venta en la calle podrían rendir hasta $2 millones o más.
“Alegamos que la red conducida por Díaz-Rivera suministraba a una mayoría de los traficantes y pandillas de drogas en Camden, directamente avivando la violencia que acompaña al tráfico de drogas en la calle y su perpetuas batallas de control de territorio,” dijo el Fiscal General Porrino. “Desmantelando esta red, secaremos a muchos de estos traficantes por no tener una fuente fiable que les provea heroína y cocaína, de alta calidad, protegiendo a la ciudad y reduciendo el caudal de estas perniciosas drogas en el sur de Nueva Jersey y el norte de Filadelfia.”
Díaz-Rivera se alega ejercía control en la firma criminal usando varios miembros claves, incluyendo Ortiz-Merced. Él se alega daba órdenes a Ortiz-Merced acerca de la operación de la firma, y Ortiz-Merced de vuelta daba órdenes a miembros de más bajo nivel en ésta. Ortiz-Merced se alega era responsable por las finanzas de la firma, administrando el suministro de drogas, manejando a los proveedores a la firma, y supervisando a las bandas de drogas de la firma a nivel callejero.
Díaz-Rivera también se alega daba órdenes a varios de los distribuidores al mayor de la firma, incluyendo: Francisco Vinicio Savinon-Paulino, 38, de Bronx, N.Y., también conocido como “Vinicio”; Luis Medero, 34, de Camden, también conocido como “Chucho”; Helmer García, 27, de Camden, también conocido como “E”; y Javier Rosa-Romero, 30, de Salinas, Puerto Rico, y Camden, también conocido como “Jav”.
Los distribuidores al mayor se alega negociaban tratos por cantidades en kilogramos de drogas para dárselas a miembros de bajo niveles de la firma y colectar las ganancias de la venta de las drogas para ser canalizadas de vuelta a Díaz-Rivera a través de Ortiz-Merced.
Los individuos que recibieron las drogas las vendieron a bandas de drogas en Camden y el norte de Filadelfia y manejaban sus pandillas de drogas en esos lugares. Estos miembros de la firma se alega incluían: Ángel Padilla, 43, de Camden, también conocido como “Choiry”; Alexis Burgos, 37, de Mount Holly, N.J., también conocido como “Papote”; Juan Carlo Moreno Borrero Jr., 19, de Salinas, Puerto Rico, y Camden, también conocido como “Moreno”; Ángel Rosa-Ramos, 24, de Camden, también conocido como “Chongo,” y; Ángel Martínez, 38, de Camden, también conocido como “Pica”.
A dirección de Díaz-Rivera, Ortiz-Merced se alega usó una porción de las ganancias para invertir en un producto nuevo. El resto se alega se las daba a la novia de Díaz-Rivera, Karina Elice Olmeda-Burgos, 21, de Salem City, N.J. Díaz-Rivera instruía a Olmeda-Burgos en lo que tenía que ha con el dinero.
Todos los acusados, con excepción de Contreras y Mendoza, están imputados en primer grado de crimen organizado. Contreras, Mendoza, Díaz-Rivera, Ortiz-Merced, Medero y Marin-Vializ están cargados en primer grado de posesión de narcóticos con intención de distribución, y Padilla está cargado en primer grado en distribución de narcóticos. Todos los acusados también están cargados en segundo grado de conspiración.
El cargo en primer grado contra Diaz-Rivera de liderar una red de narcotráfico lleva una sentencia de hasta cadena perpetua en la prisión del estado con una sentencia mandataria mínima de 25 años sin la posibilidad de libertad condicional y una multa de hasta $750,000. Los otros cargos en primer grado llevan una sentencia de 10 a 20 años en la prisión del estado. Los cargos de crimen organizado llevan un periodo de tiempo sin la posibilidad de libertad condicional igual 85 por ciento de la sentencia impuesta. Los cargos de crimen organizado llevan una sentencia de hasta $200,000, mientras que un cargo en primer grado de posesión y de distribución de narcóticos lleva una multa de hasta $500,000. Los cargos en segundo grado de conspiración llevan una sentencia de 5 a 10 años en la prisión del estado y una multa de hasta $150,000.