Klinsmann, un despido anunciado y fracaso en su proyecto futbolístico

EFE

El alemán Jurgen Klinsmann horas después de haber llamado “ignorantes” a los críticos que pedían su despido como entrenador de la selección de fútbol de Estados Unidos, la federación anunciaba de manera oficial su cese en el cargo.

El despido que estaba anunciado no tanto por las dos derrotas sufridas al comienzo del Hexagonal Final de la Concacaf rumbo al Mundial de Rusia 2018 sino por que todo su proyecto futbolístico que le vendió al presidente de la Federación de Fútbol de Estados Unidos, Sunil Gulati, fue un fracaso completo.

Estados Unidos se quedó sin ir a dos Juegos Olímpicos de forma consecutiva, y su único logró con el primer equipo fue el título de la Copa de Oro de la Concacaf 2013.

Luego se despidió del Mundial Brasil-2014 en los octavos de final tras caer con Bélgica (2-1) y finalizar segundo en el Grupo G (2-1 a Ghana, 2-2 con Portugal y 0-1 ante Alemania).

Tampoco mejoró el equipo en el 2015 cuando en la Copa de Oro terminó en un decepcionante cuarto lugar y perdió con México la clasificación para la Copa de las Confederaciones 2017 en Rusia.

Este año, en la Copa América Centenario, que Estados Unidos fue el país anfitrión, la selección nacional concluyó en un cuarto lugar que fue un puro espejismo, producto de las circunstancias adversas de otros equipos y del factor suerte.

Cuando se tuvo que enfrentar a equipos importantes como Colombia, perdió por 1-0, y fue humillada por Argentina que le marcó 4-0 en el partido de semifinales.

“Hoy hemos tomado la difícil decisión de separarnos de Jurgen Klinsmann, nuestro director técnico nacional”, anunció Sulati, el único responsable junto con Klinsmann del retroceso que sufre el fútbol de Estados Unidos, dado que fue el entrenador por el que apostó para sacrificar a Bob Bradley que había hecho una gran labor con el equipo.

Klinsmann le vendió a Gulati la idea que el deporte del fútbol en Estados Unidos podía competir con el de Europa y Latinoamérica en cuanto a calidad, y no fue realista, sus resultados lo demostraron.

“Si bien seguimos confiando en que tenemos jugadores de calidad para clasificar a Rusia 2018, la forma y el crecimiento del equipo hasta este punto nos dejó convencidos de que tenemos que ir en una dirección diferente”, agregó el directivo, en una clara aceptación que el proyecto de Klinsmann fue un completo “fracaso”.

Algo que ya habían anticipado el propio Bradley, que además se quejó que Klinsmann fue poco profesional al estar buscando su cargo con una crítica destructiva al fútbol que realizaba Estados Unidos mientras él estaba en el cargo.

También criticaron con dureza el método de Klinsmann, otro exselecionador Bruce Arena, el hombre que ahora más suena para volver, y el máximo goleador en la historia de la selección, el delantero Landon Donovan.

El trío criticó con insistencia la ausencia de un esquema de juego definido y las improvisaciones y experimentos con jugadores en el fútbol del viejo continente, queriendo implantar una filosofía europea en el seleccionado de Estados Unidos, donde sus cualidades son la disciplina, el sacrificio y la gran preparación física.

Bradley declaró en varias ocasiones que los equipos nacionales que él dirigió “jugaban mejor fútbol” que los de Klinsmann, misma crítica que hizo Donovan tras el Mundial-2014, al que no quiso llevar a última hora para dejarlo sin la cuarta participación en su carrera.

Arena también criticó con dureza la decisión de Klinsmann de dejar fuera a toda un líder y símbolo dentro de la selección como era Donovan.

Sobre todo porque lo cambió por jugadores jóvenes sin experiencia que estaban en Europa y despreció una vez más a los profesionales de la Liga Profesional de Fútbol de Estados Unidos (MLS).

Arena es uno de los entrenadores más exitosos en la historia del fútbol estadounidense y ahora vuelve a sonar como el hombre que ocupe el cargo dejado vacante por Klinsmann.

El veterano entrenador ya fue seleccionador en los ciclos mundialistas de 1998 a 2006, llevando al equipo hasta los cuartos de final de la Copa del Mundo 2002, y también a un decepcionante Mundial Alemania-2006 donde fueron eliminados en la primera fase.

Mientras, Klinsmann, en la misma entrevista concedida al New York Times que calificó de “ignorantes” a los que pedían su despido, también advirtió que le había dicho a Gulati que actuar de forma emocional en el fútbol podría convertir todo el proceso de desarrollo del fútbol de Estados Unidos en una “montaña rusa” de efectos negativos.

Gulati esta vez no quiso escuchar los consejos de Klinsmann y su paso, con más peno que gloria por el fútbol estadounidense, ya forma parte de la historia y no será precisamente de la más exitosa.