Mortalidad prematura baja entre hispanos
La tasa de mortalidad prematura entre blancos y nativos americanos creció en los últimos 15 años, mientras que disminuyó entre hispanos, afroamericanos y asiáticos, según un estudio oficial.
El trabajo, elaborado por el Instituto Nacional de Salud (NIH, por su sigla en inglés) y publicado en la revista The Lancet, se llevó a cabo entre 1999 y 2014 con individuos mayores de 25 años.
Las tasas de muerte prematura entre los hispanos, afroamericanos y estadounidenses de origen asiático disminuyeron debido a una menor cantidad de muertes de cáncer, enfermedades del corazón y VIH, y son atribuidas a los avances médicos y el descenso del tabaquismo.
En contraste, las tasas de muertes prematuras de blancos y nativos aumentaron fuertemente debido a accidentes (principalmente sobredosis de drogas), así como suicidios y enfermedades de hígado.
En concreto, entre los blancos y los nativos americanos, incluidos los de Alaska, de entre 25 a 30 años, el estudio revela que su tasa de mortalidad aumentó entre el 2 y el 5 % al año.
Dentro de estos grupos raciales, las mujeres de entre 30 y 40 años nativas americanas murieron de forma prematura un 4,3 % más que la media, mientras que ese porcentaje fue dos puntos inferior en las mujeres blancas.
En cuanto a los hombres de esa misma franja de edad, los fallecimientos prematuros crecieron en un 1,9 % para los nativos y en un 0,6 % para los blancos. “La muerte a cualquier edad es devastadora para los que quedan, pero la muerte prematura lo es más aun, en particular para los niños y los padres”, dijo una de las autoras del estudio, la investigadora del NIH, Amy Berrington.
En total, los investigadores recalcaron que entre 2000 y 2014 hubo 111.000 muertes prematuras de blancos y 6.600 de nativos americanos en exceso durante los últimos 15 años.
“La muerte en la vejez es inevitable, pero la muerte antes de esta no lo es. Nuestro estudio puede servir para orientar los esfuerzos de prevención y vigilancia para ayudar a los grupos más necesitados”, aseguró Berrington.
Por el contrario, la mortalidad prematura disminuyó sustancialmente en todos los grupos de edad de los hispanos (un 3,2 % por año), de los afroamericanos (3,9 % por año), y de los asiáticos y de las islas del Pacífico (2,6 % por año).
En total, se dieron 112.000 menos muertes entre los hispanos, 311.000 menos en las personas de raza negra y 34.000 menos entre los asiáticos y de las islas del Pacífico, gracias principalmente al descenso de las muertes por VIH, cáncer y enfermedades del corazón.
Estos avances, según el estudio, refleja éxitos en los esfuerzos de salud pública para reducir el consumo de tabaco y los avances médicos para mejorar los diagnósticos y los tratamientos.
A pesar de estas mejoras sustanciales, las tasas generales de mortalidad prematura siguen siendo mayores para los hombres y mujeres afroamericanos que para los blancos.
El trabajo fue elaborado con la colaboración del Instituto Nacional del Cancer (NCI) y del Instituto Nacional del Abuso de la Droga (NIDA), que forman parte de NIH, y de la escuela de enfermería de la Universidad de Nuevo México.