Nominado para el Supremo no se pronuncia sobre el veto
El juez Neil Gorsuch, nominado por el presidente Donald Trump para el Tribunal Supremo, defendió su independencia durante sus audiencias de confirmación, pero evitó pronunciarse sobre la legalidad del veto presidencial a refugiados e inmigrantes de seis países musulmanes.
Las tres audiencias de escrutinio del Comité Judicial del Senado llegaron a su fin sin que el juez Gorsuch se haya posicionado sobre el veto de Trump, un tema de vital importancia para los demócratas que quieren asegurarse de que el magistrado tiene voluntad de oponerse al presidente que lo ha nombrado.
La capacidad del juez de esquivar las preguntas de los demócratas llegó a irritar a la senadora por California Dianne Feinstein, la demócrata de mayor rango en el Comité Judicial de la Cámara Alta.
“Lo que me preocupa es que usted ha sido capaz de evitar dar detalles como nadie que haya visto antes”, dijo Feinstein. “Y tal vez eso sea una virtud, no lo sé, pero para nosotros desde este lado, saber cuál es su posición en las principales preguntas del día es realmente importante para poder darle un voto de ‘sí’ y, por eso, estamos presionando y presionando”, añadió Feinstein en un tenso intercambio con el juez.
Como en los días anteriores, Gorsuch siguió sin pronunciarse sobre la orden ejecutiva proclamada por Trump el pasado 6 de marzo para prohibir temporalmente la entrada a Estados Unidos de los refugiados y de los nacionales de seis naciones musulmanas, una medida bloqueada por dos jueces federales.
Tampoco se pronunció el juez sobre el derecho al aborto, el matrimonio entre las personas del mismo sexo o la financiación de campañas políticas, cuya dinámica cambió en 2010 el Tribunal Supremo al permitir la creación de unos grupos -conocidos como “superPAC”- que pueden captar y donar cantidades ilimitadas de dinero.
El juez Gorsuch contestó a todas esas preguntas con la misma frase: “He rechazado hacer promesas, sugerencias o previsiones sobre cómo puedo pronunciarme en cualquier caso”.
Es decir, como muchos otros nominados para el Tribunal Supremo, Gorsuch evitó comprometerse con una posición política que pueda condicionar en el futuro sus votos en la máxima instancia judicial del país, compuesta normalmente por nueve jueces con cargos vitalicios.
Gorsuch, que ejerce como magistrado del Tribunal de Apelaciones del Décimo Distrito, una instancia inmediatamente inferior al Supremo, fue designado por Trump el pasado 31 de enero para sustituir al magistrado conservador Antonin Scalia, fallecido en febrero de 2016.
Hasta ahora, la declaración más contundente de Gorsuch llegó cuando consideró “desalentadoras” y “desmoralizadoras” las críticas de Trump a los jueces que habían fallado en su contra tanto en el caso del segundo veto como en el del primero, proclamado el 27 de enero y que desató el caos en aeropuertos de todo el mundo.
“Cuando cualquier persona critica la honestidad o la integridad o los motivos de un juez federal, me parece desalentador y desmoralizador”, dijo Gorsuch, quien al ser preguntado si su comentario iba también dirigido a Trump respondió: “Cualquiera es cualquiera”.
Para su confirmación, Gorsuch necesita lograr en el Senado 60 votos, una barrera que podría tener difícil de superar debido a que la mayoría republicana en la Cámara Alta es de 52 escaños y necesita, por lo tanto, el apoyo de algunos demócratas.
Por el momento, ningún demócrata ha dicho que votará por Gorsuch debido a que siguen irritados por la decisión de los republicanos de no considerar al nominado para el Supremo del expresidente Barack Obama, el juez Merrick Garland, que fue ignorado por los conservadores con el argumento de que no tenía sentido aprobarlo en un año electoral.
Ante esas dificultades, Trump ha pedido al líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, que recurra a la llamada “opción nuclear”, una norma aprobada en el pasado por los demócratas para que se puedan aprobar leyes o nominaciones por mayoría simple con 51 votos, en vez de 60.
Es previsible que el voto en el Comité Judicial se produzca el 3 de abril, de manera que esa misma semana el Senado en el pleno podría votar sobre la confirmación del juez.