No solo la gente en EEUU están gordos, también sus mascotas
El número de perros con sobrepeso en Estados Unidos aumentó el 158 % y el de gatos aún más (169 %) en un periodo de diez años, lo que confirma que la obesidad es el problema de salud “número uno” de las mascotas estadounidenses.
Las cifras son parte de un estudio realizado por la compañía Banfield Hospital para Mascotas y difundido por la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad con los Animales (ASPCA).
“Hoy en día, uno de cada tres gatos o perros en EE.UU. tiene sobrepeso”, señala Kirk Breuninger, director del estudio, que está basado en los datos obtenidos de los 2,5 millones de perros y 505.000 gatos que fueron examinados en 2016 en los centros veterinarios de Banfield Hospital.
El exceso de comida, que a menudo es usada por el dueño como una muestra de afecto, la falta de ejercicio y el hecho de que la obesidad sea algo tan común que no se aprecia bien cuando un gato o un perro está gordo y, por tanto, no se hace nada para que adelgace, son los principales factores de esta epidemia.
Los resultados del sobrepeso y la obesidad para la salud de las mascotas son nefastos, como lo son para los humanos, que sufren estos mismos problemas.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. consideran que una persona es obesa cuando su Índice de Masa Corporal (el peso dividido por la altura) es de 30 o más. Sobrepreso es cuando la división da una cifra de 25,5 a 30.
Las estadísticas de los CDC indican que el 70,7 % de los mayores de 20 años en EE.UU. padecían sobrepeso u obesidad en 2014. El porcentaje de obesos exclusivamente era del 37,9 %.
Aunque en un perro o gato estar un poco rollizo puede resultar atractivo a la vista, “cargar con ese peso adicional puede tener graves consecuencias”, señala el estudio de Banfield Hospital.
Por supuesto, la presión alta y las enfermedades de corazón están a la orden del día, pero la diabetes, la artritis, el asma, la incontinencia urinaria o problemas dermatológicos aparecen también en la lista.
Los dueños de mascotas no solo deberían impedir que sus animales no engorden por razones afectivas y morales, también hay un motivo económico a tener en cuenta.
De acuerdo con el estudio, los dueños de perros con sobrepeso gastan el 17 % más en atención veterinaria y el 25 % más en medicación que los de animales que están en forma. En el caso de los gatos, los gastos se incrementan el 36 %.
En cifras absolutas, son 2.026 dólares más por año en el caso de perros y 1.178 dólares más en el caso de los gatos.
El remedio básico para el problema del exceso de peso en gatos y perros es el mismo que en los humanos: dieta y ejercicio.
Tan generalizado está el problema que existe ya en Estados Unidos la Asociación para Prevención de la Obesidad en las Mascotas (APPO, en inglés), que concluyó en un estudio publicado a comienzos de este año que en 2016 más del 50 % de los perros y gatos domésticos del país tenía exceso de peso.
También en este estudio los gatos están peor (59 % con obesidad o sobrepeso) que los perros (54 %).
El 34,1 % de los canes tenía sobrepeso y el 19,8 %, obesidad, mientras en los felinos, los porcentajes fueron del 28 % y el 30,9 %, respectivamente, de acuerdo con APPO.
“La obesidad sigue siendo la mayor amenaza para la salud de perros y gatos”, dijo el fundador de APPO, Ernie Ward, quien indicó que están muriendo prematuramente por ese motivo millones de perros y gatos, lo que produce un “inconmensurable dolor y sufrimiento” y decenas de millones de dólares en gastos de salud evitables.
Según las distintas páginas web que existen sobre el tema, la obesidad también está matando a los pájaros que viven enjaulados en los hogares estadounidenses y tienen siempre a rebosar el recipiente para el alpiste u otros granos.