Tío Sam: “Si eres un piloto en la reserva, te quiero en las Fuerzas Aéreas”

Rafael Salido / EFEUSA

Las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, una de las instituciones militares más respetadas en el mundo, afronta una grave crisis debido a una acuciante falta de pilotos que podría afectar a su capacidad operativa en un futuro próximo, por lo que el Gobierno ha decido adoptar medidas excepcionales.

Para hacer frente a esta situación, el presidente Donald Trump firmó el pasado 20 de octubre una orden ejecutiva que enmienda el Programa de Vuelta al Servicio Activo del Ejército del Aire, con el objetivo de hacer más atractiva la reincorporación de pilotos en la reserva.

La medida, que otorga “una mayor flexibilidad”, según la portavoz del Ejército del Aire, Erika Yepsen, permitirá a ese cuerpo militar aumentar el número de reincorporaciones, que pasa de los 25 anteriores a 1.000, pero, sobre todo, hará más apetecible esta posibilidad al aumentar el período de servicio hasta los tres años.

“El auténtico beneficio para las Fuerzas Aéreas es que elimina la restricción de un año; ese era el gran problema, porque básicamente era un contrato de un año y no supone un gran incentivo el desestabilizar tu vida por solo un año”, explicó Yepsen.

En estos momentos, las Fuerzas Aéreas cuentan con 18.800 pilotos para las 20.300 plazas disponibles, lo que refleja una carencia de 1.500 profesionales.

Esto supone un problema especialmente grave para uno de los ejércitos más activos de las Fuerzas Armadas estadounidenses, cuyo papel se antoja fundamental en la mayoría de operaciones militares que lleva a cabo el país a lo largo de todo el planeta.

Precisamente, esa continua participación en conflictos es una de las principales causantes de la fuga de pilotos militares que ven en las aerolíneas comerciales una salida más apetecible, debido tanto a sus salarios más altos como al hecho de no verse envueltos en peligrosas misiones en primera línea de fuego.

“Las Fuerzas Aéreas no pueden competir con la oferta económica de las compañías comerciales. Nuestro atractivo tiene más que ver con el porqué quieres volar. ¿Quieres volar para servir a tu nación, para proteger a los Estados Unidos? ¿Para hacer cosas asombrosas con gente asombrosa con una tecnología asombrosa?”, explicó el capitán Ken Scholz.

Según datos del Pentágono, solo en 2016, las aerolíneas comerciales estadounidenses contrataron a un total de 4.100 pilotos y se prevé que hasta el año 2025 sumen en torno a 3.500 más cada año. El Ejército forma a 1.200 pilotos anualmente y tiene previsto aumentar este número hasta los 1.400 a partir del año 2019.

Sin embargo, apuntó Scholz, este aumento en la formación de pilotos militares no basta para solucionar el problema, puesto que “no solo es cuestión de conseguir nuevos pilotos de la manera más rápida posible, sino que también es importante formar pilotos que se queden para desarrollar una carrera”.

Pese a que la nueva orden ejecutiva mantiene la posibilidad de una reincorporación forzosa, las Fuerzas Aéreas no contemplan esta opción por el momento.

“No hay intención de alistar a pilotos en la reserva de manera involuntaria, porque es importante que continuemos siendo una Fuerza completamente voluntaria”, recalcó Scholz, quien apuntó que, en cualquier caso, la vuelta de veteranos apenas supondrá un alivio temporal de la situación.

La estrategia del Ejército del Aire a largo plazo pasa por tres medidas clave: incentivar a los pilotos a permanecer en el cuerpo, incrementar la producción de profesionales y asegurarse de que estos ocupan puestos acordes a su formación, evitando que queden atrapados en labores más administrativas.

La carencia de pilotos afecta a las Fuerzas Aéreas en su conjunto, puesto que faltan pilotos en tareas de transporte, formación y rescate. Sin embargo, la principal preocupación es la necesidad de encontrar profesionales capaces de pilotar un caza.

En esta rama específica son necesarios 1.200 pilotos, pese a que en los últimos 26 años la Fuerza Aérea ha visto reducido su número de escuadrones de caza de 134 a 55. “A día de hoy somos letales y flexibles, pero si no hacemos frente al problema ahora, en el futuro nuestra capacidad operativa se verá comprometida”, advirtió Scholz.