El robot Depredador que alegra a las familias hispanas
A el robot depredador El Alcón migrar a Estados Unidos le tomó dos meses y recorrió 4,142 kilómetros desde Guadalajara, México, hasta Dover, NJ, y es parte de las ansías de progreso de dos mexicanos, que quieren darle a su hijo un futuro mejor.
Es propiedad de Adán Castillo, nacido en el estado de Guerrero y de Perla Castillo del estado de Veracruz, quienes trabajan él de día y ella de noche, sin descanso, para conseguir el dinero suficiente para comprarse la casa que anhelan y, si alcanza el tiempo y la vida, construir otra en México.
Adán Castillo carga, en el robot, unas 150 libras a cuestas que, sumadas a las 150 de él, le configuran un peso que le obliga a sudar la gota gorda.
“Tenga tome la batería solo esto pesa casi 3 kilo“ dice Adán al momento que alcanza el dispositivo “Claro el robot es pesado, pero más que en los hombros se siente el peso en las plantas de los pies, uno termina con adormecimiento y algo de dolor,” dice.
“Creo que pierde como dos kilos en cada función, tal vez más, es bien heavy” dice Perla que se encarga de vestir a El Alcón, con el que trabajan en fiestas, sobre todo en la llamada “Hora Loca” o en algunas inauguraciones de negocios mexicanos.
El robot Depredador, inspirado en la película Predator (1987), de noche presenta un espectáculo por su estatura, el propio personaje y luces Led que lo hacen más atractivo a la mirada, y es parte de una industria del entretenimiento en Nueva York, Florida y otros estados que busca ofrecer nuevas maneras de divertirse. El costo total de la máquina incluyendo impuestos, transporte y embalaje puede llegar a los $6,000
De noche El Alcón es un espectáculo multicolor: luces rojas, amarillas y verdes atraen a los niños. Suele bailar y prestarse para videos y fotos del recuerdo.
Reporte Hispano los invitó a una tarde de exhibición y fotos gratuitas con niños en el Pulaski Park de Passaic. Normalmente no cobran por fotografías, como los hacen los personajes de Superman, Hombre Araña, Batman, Mickey Mouse, etc, en Times Square, New York.
“Nosotros no cobramos por este tipo de presentaciones porque queremos darle una alegría a los niños. También tenemos un niño. Entonces los fines de semana que es cuando más trabajamos salimos con el niño para que también participe y se divierta. A las fiestas no lo llevamos, lo dejamos con una niñera, porque generalmente nuestras presentaciones son al final de todo y a esa hora ya debe estar dormido,” dice Perla.
Lesbi Punay, de Guatemala, y residente de Passaic, llevó a sus dos hijos, quienes se tomaron fotos y bailaron con El Alcón.
“Primera vez que los vemos por aquí. Nos hacen un excelente trabajo para alegrar la vida de los niños, y los adultos también, en vez que estemos tristes por ésta pandemia,” dice Lesbi.
Adán y Perla, llevan siete años de casados, se conocieron una noche del año 2010 en una discoteca, tuvieron su hijo hace cinco años, y por el momento no piensan en tener más familia. El trabajo para ambos se redujo bajó durante la pandemia, a El Alcón lo han tenido paralizado desde hace siete meses, ahora nuevamente se han incorporado parcialmente a sus trabajos, felizmente no han adquirido el Covid-19.“Donde vamos siempre les decimos a las personas que deben mantener su distancia social, deben usar mascarillas, lavarse las manos con frecuencia, es parte de la vida, de mantenerse con vida, este virus si es un verdadero depredador no es fantasía, Hay que cuidarse,” finalizó. Adán.