¿Sin resonancias ni tratamientos dentales por culpa de la guerra en Ucrania?
El asalto de Rusia a Ucrania se siente en todo el mundo, y el sistema de salud de EE.UU. no es inmune.
Tanto Rusia como Ucrania son potencias en el suministro de ciertos productos básicos, entre ellos el nitrato de amonio y el gas natural. Luego de ser refinados, ambos producen dos gases cruciales para el sistema de salud: óxido nitroso, conocido popularmente como gas de la risa, y helio.
Se utilizan en millones de procedimientos cada día. Si estos suministros escasean, podrían hacer que cada tratamiento de conducto dental sea mucho más doloroso y cada resonancia magnética mucho más costosa.
La interrupción también representa más turbulencia para la cadena de suministro del sistema de atención médica de los Estados Unidos.
“La escasez que estamos experimentando ahora se ha estado gestando durante años y, por lo tanto, no es una sorpresa para nadie”, dijo Wally Hopp, profesor de la Universidad de Michigan que se especializa en la cadena de suministro médico.
Hopp lideró un grupo convocado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina para producir un informe en marzo sobre la seguridad de los suministros para las industrias estadounidenses.
El gobierno y el sector privado podrían haber abordado estos problemas antes, dijo Hopp. “Pero ahora solo pueden enfrentar la crisis, con la salud de los estadounidenses en juego”, agregó.
Los años transcurridos desde que comenzó la pandemia han estado marcados por problemas en la cadena de suministro. La escasez de fórmula para bebés, que comenzó después de que se cerró una fábrica de Michigan por problemas de contaminación, es solo la última.
Los hospitales se enfrentan a una escasez de tinte de contraste utilizado en escaneos de diagnóstico, como resultado del cierre por covid de una planta de Shanghai donde se produce la mayor parte de este producto.
Como consecuencia, los hospitales desde Nueva Jersey hasta el estado de Washington han estado limitando estos escaneos a los casos más graves. Y al principio de la pandemia, la escasez de equipo de protección personal para los trabajadores de atención médica de primera línea fue una característica definitoria de la respuesta improvisada y desordenada ante covid.
Tal escasez se encuentra entre los problemas de seguridad del paciente más apremiantes en la actualidad, dijo ECRI, una organización de seguridad, en un resumen de enero de las principales preocupaciones de seguridad del año. La escasez ocupó el segundo lugar.
“La falta de disponibilidad de productos podría resultar en la incapacidad de tratar a los pacientes y proteger al personal, lo que podría provocar lesiones, enfermedades o incluso la muerte tanto de los pacientes como de los médicos”, enfatizó el resumen.
Señaló que muchas áreas tienen pocos proveedores clave, lo que significa que un problema en un remoto rincón del mundo podría generar un “efecto dominó” en el sistema de atención médica del país.
El impacto se siente en las entrañas de las máquinas que escanean el cuerpo, y en otros dispositivos médicos.
“El helio es un elemento excelente para diseminar el calor”, explicó Bob Karcher, ejecutivo para contratos de Premier, una empresa que ofrece servicios de compras grupales a los proveedores. “Se usa en resonancias magnéticas y tomografías computarizadas grandes, para alejar el calor de la fuente”.
Hopp dijo que el suministro de helio ha sido limitado durante algún tiempo y que la guerra exacerbó el problema.
Rusia ahora está enviando cantidades relativamente pequeñas de gas natural a los países occidentales. Eso ha llevado a otros países a transportar gas a esas naciones a través de gasoductos, en lugar de enviarlo en forma líquida.
Estas decisiones afectan el suministro de helio, ya que convertir el gas natural en líquido implica eliminar trazas de helio, por lo que el envío por tuberías tiene la consecuencia no deseada de reducir la cantidad de helio para uso industrial.
Otros factores también afectan negativamente el suministro: por ejemplo, una instalación de Texas que produce helio sigue cerrada por violaciones de seguridad.
Todo esto en conjunto significa mayores costos para los proveedores. Hopp dijo que ha visto estimaciones de que los costos del helio eran de alrededor de 34.000 por máquina de resonancia magnética en 2019. “Ciertamente es más alto ahora y va a ser más”, dijo.
“Incluso he visto especulaciones de los sistemas de salud de que la escasez puede volverse lo suficientemente grave como para obligarlos a apagar las máquinas de resonancia magnética”.
David Facchini, director de Radiología del Hospital Yale New Haven en Connecticut, dijo que esto probablemente afectaría más a los hospitales comunitarios. A la larga, sugirió, los fabricantes pueden construir máquinas que no necesiten helio. Pero eso está «a años de distancia», dijo.
El helio no es el único gas escaso. El óxido nitroso se usa principalmente en los consultorios dentales durante las cirugías. Alrededor del 40% del nitrato de amonio, la fuente del gas de la risa, proviene de Rusia.
Premier está “viendo presiones de precios, costos crecientes”, dijo Donna Craft, directora senior. Es probable que eso perjudique a los consultorios dentales, que generalmente obtienen una asignación basada en el uso habitual. A medida que el país emerge de los cierres por la pandemia, esa línea de base podría ser demasiado baja para las prácticas que atienden a más pacientes, o que intentan expandirse.
Además, advirtió Karcher, el sector médico podría encontrar difícil asegurar los gases escasos. Los proveedores pueden preferir comprar sus productos a mejores postores fuera de la atención médica.
ECRI dice que los proveedores de atención médica confiaron en una estrategia de inventario «justo a tiempo», es decir, mantener deliberadamente los suministros en existencias bajas para evitar costos de almacenamiento. Esa estrategia es razonable cuando todo está tranquilo. Es menos sostenible cuando hay una gran guerra terrestre y una pandemia.
Debido a que estos desafíos son el producto de decisiones tomadas hace años, y resolverlos requiere más que un trabajo de reparación rápido, las reacciones a corto plazo son «generalmente muy pocas y muy tardías», dijo Hopp. “Una vez que hay una escasez de suministros en curso, las opciones disponibles para el gobierno son limitadas”.