Robert F. Kennedy Jr: el candidato de los cabreados y cansados
Paula Escalada Medrano / EFE
Entre los seguidores de Robert F. Kennedy Jr, candidato independiente a la presidencia de Estados Unidos, hay personas que se identifican con las ideas progresistas asociadas a su apellido y también conservadores hartos de las siglas MAGA. Pero todos ellos tienen algo en común: están cansados de los políticos y cabreados con Joe Biden y con Donald Trump.
El hijo de Robert F. Kennedy y sobrino del presidente John F. Kennedy (ambos asesinados en la década de los 60) lo sabe, y por eso en sus discursos carga contra los dos y los históricos partidos que representan, ambos (a su juicio) marionetas de un sistema dirigido por las grandes corporaciones y los lobbies.
Tanto republicanos como demócratas son los culpables de que Estados Unidos haya perdido su “autoridad moral” y “el respeto a nivel mundial” y de que los jóvenes digan “que no están orgullosos de ser americanos”. Así lo apuntó la convención del Partido Libertario en Washington.
¿Cuál es el perfil de los posibles votantes de un candidato que proviene de una de las sagas políticas más históricas del país pero que dice luchar por los intereses de la clase media, pese a apostar por reducir el gasto en sanidad, y abraza constantemente las teorías de la conspiración?
Según la consultora Ipsos, el perfil demográfico de sus votantes es bastante similar al del estadounidense promedio y no hay diferencias por raza, edad o ingresos, aunque es ligeramente más probable que sus partidarios sean mujeres.
Sí hay un rasgo que separa a los votantes de ‘RFK’ del resto de Estados Unidos: su desprecio tanto por Trump como por Biden y su insatisfacción con un sistema político que ha presentado a los mismos dos aspirantes por segunda elección consecutiva.
“Apela a los votantes alejados de la narrativa bipartidista dominante, aquellos que aparentemente son liberales en algunas cuestiones, pero libertarios en otras”, apunta el profesor de Ciencias Políticas de la Sonoma State University, David McCuan.
Kennedy aúna “a muchos votantes descontentos de todo el espectro político”, a “quienes buscan algo diferente”, añade.
Don Levy, director del Instituto de Investigación del Siena College, lo confirma: “Piden un cambio, un Gobierno diferente”.
Aunque no tiene posibilidad real de ganar las presidenciales del próximo 5 de noviembre y por ahora sólo estará en la papeleta en ocho estados, la presencia de Kennedy sí podría tener gran repercusión, dado lo estrecho del margen entre Biden y Trump.
De hecho, apunta Levy, “lo único que comparten la campaña de Trump y la de Biden es que a ninguno de los dos les gusta la candidatura de Robert F. Kennedy”.
Quizás por eso Trump se negó a debatir con él en el congreso del Partido Libertario.
Kennedy le ofreció debatir, como recordó en su discurso, al que asistieron numerosos simpatizantes, muchos miembros del Partido Libertario, que optarán en noviembre por el candidato independiente.
También votantes primerizos como Julio César, estudiante de Ciencias Políticas de 18 años y de origen hispano, que es voluntario en la campaña. ¿Por qué Kennedy será el destinatario de su primera elección presidencial?
“Ningún otro tiene esa misma visión de ayudar a la clase media. Él habla de cosas que interesan, como la calidad de nuestra agua o la calidad de nuestra comida”, apunta.
Para Tiffany Cianci, creadora de contenido en TikTok sobre “el fin de la captura corporativa en el Gobierno de Estados Unidos”, explica, Kennedy encarna justamente eso.
“Hemos llegado a un punto en la política estadounidense en el que la abrumadora mayoría de nuestros candidatos han sido capturados por intereses corporativos y cabilderos financiados por multimillonarios, que financian a ambos partidos”, afirma.
Para Matt Chutkan, empresario de 55 años, Kennedy es la opción elegida por “su negativa a jugar al juego del odio partidista”.
“El juego de insultos de Trump y Biden es atractivo, pero el país necesita unidad. El sistema bipartidista nos está dividiendo y en este momento la unidad debe estar por encima de la política”, sostiene.
Mientras que para John Burke Stringfellow, exmilitar de 43 años, “no se podría pedir un mejor candidato para crear el partido independiente”.
Es consciente de que no ganará en noviembre, explica a EFE, pero sí confía en que, tras las elecciones, “puede sentar las bases” del movimiento de cambio que necesita el país