Se apaga la dulce voz de Cheo Feliciano

Tras superar su adicción a las drogas cuando era joven y luego un cáncer para el que aún se medicaba, paradójicamente fue no llevar puesto el cinturón de seguridad lo que acabó con la vida de Cheo Feliciano, toda una leyenda de la salsa que a sus 78 años seguía grabando y ofreciendo conciertos.



Se apagó así una melodiosa voz, imborrable para quienes hubieran escuchado alguna vez los románticos boleros «Amada mía» o «Mi triste problema» e incluso los movidos temas de salsa como «Anacaona» o «Pa’ que afinquen».



Esos temas catapultaron a Feliciano al estrellato y lo convirtieron en una luminaria de la música latina, aunque este hijo de Ponce, al sur de Puerto Rico, siempre llevó una vida «sencilla, humilde y pueblerina».



Así es como su familia, vecinos y seguidores lo recordaban en el lugar donde sufrió el accidente, al estrellarse contra un poste de cemento cuando viajaba solo en su Jaguar, en la carretera 176 de Cupey, a las afueras de San Juan y a tan sólo unos metros de su residencia.



Poco se hicieron esperar las condolencias de colegas y seguidores de quien fuera miembro de las Estrellas de la Fania, considerada la agrupación de salsa más importante de la historia.



En esta agrupación, fundada por el músico dominicano Johnny Pacheco y el empresario italiano Jerry Masucci, también participaron Willie Colón, Héctor Lavoe, Ismael Miranda, Roberto Roena, Adalberto Santiago, Ray Barreto o Celia Cruz, entre otras leyendas de la salsa.



Feliciano, quien siempre tenía en la boca su característico grito de «¡Familia!», también participó de la orquesta de Joe Cuba, con quien grabó 17 producciones, en las que se pueden encontrar temas ya míticos en la historia de la música latina, como «A la seis», «El ratón» y «El pito».



Con más de 50 años de carrera artística, el músico sufrió también una adicción a la heroína, que comenzó durante sus años en Nueva York y contra la que estuvo luchando durante una década.



Luego de tres años de ausencia, regresó a la música con el disco «Cheo», cuyos temas fueron escritos exclusivamente por el fenecido y legendario compositor puertorriqueño Tite Curet Alonso (1926-2003), también otra leyenda del género, del que nacieron temas como «Anacaona», quizá uno de los más reconocidos de su carrera.



«Pienso en ti», «Mi triste problema», «Si por mí llueve» y «Pa’ que afinquen» forman parte también de la treintena de temas que Feliciano grabó de Curet Alonso, considerado uno de los más importantes compositores de la música latina.



También forman parte de ese fundamental repertorio temas como «Juan Albañil», «Sobre una tumba humilde», «Armonioso cantar», «Cuento número uno», «Esa es la que es», «Estampa marina», «Huellas de ti» e «Isabel de la noche».



Feliciano grabó, además, los que posiblemente sean los últimos que compuso Curet Alonso, «Esa es tu fortuna» y «Caonabo» (que cuenta la historia del esposo de la cacique Anacaona), para el disco «De Nueva York a Puerto Rico», del percusionista Eddie Montalvo.



Feliciano sacó además varios discos, tanto de salsa «gorda» como romántica, entre ellos, «Looking for love» (1974), «The singer» (1976), «Estampa» (1979), «Sentimiento tú» (1980), «Regresa el amor» (1985), «Los feelings de Cheo» (1990), «Cheo Feliciano y la Rondalla Venezolana» (1996).



El músico aseguraba haber trabajado «con todo el alma» durante toda su vida, por que amaba «profundamente» la música, según explicó él mismo en una entrevista, cuando en 2008 le concedieron un premio a la excelencia musical en los Grammy Latino.



Además, celebraba que se le hubiera dado «la oportunidad de haber viajado el mundo entero» llevando su música, aunque hoy mismo recordaba su viuda que en los últimos años lamentaba el hecho de no tener suficiente trabajo en su propia isla natal.



En 2012, grabó junto a Rubén Blades «Eba say ajá», un disco considerado por la Fundación Nacional para la Cultura Popular de Puerto Rico como uno de los mejores veinte discos de 2012.



«A todos nos llega la hora. ¿Qué puedo decir? Papi nos ha dejado para toda la vida, su gente, su música. Familia es lo que siempre decía», recordó José Enrique Feliciano, hijo mayor del cantante, frente al automóvil siniestrado de su padre.



«Gracias a Dios tenemos su música para recordar», agregó su primogénito, en línea con los mensajes que se multiplicaban a través de medios de comunicación y redes sociales desde Puerto Rico, donde se guardarán tres días de luto, y desde muchos otros rincones del planeta donde la salsa y los boleros son escuchados con devoción.