Investigan trastornos de ansiedad que afectan a 25 % de los boricuas

Científicos y expertos en salud elaboran el primer estudio en profundidad sobre los trastornos de ansiedad en Puerto Rico, un problema que afecta a una de cada cuatro personas que residen en la isla.

La psiquiatra Karen Martínez, una de las veinticinco profesionales que trabajan en la investigación, explicó que parte del estudio consiste en exponer a sus miedos a las personas que sufren estos desórdenes mentales.

Martínez explicó que el porcentaje del 25 % de la población afectada en la isla es muy similar al que se registra en EE.UU., pero es notablemente superior al que se observa en otros países latinoamericanos.

«Hay muchos estudios sobre estos trastornos en puertorriqueños de EE.UU., pero no sobre la población que vive en la isla. Nosotros no sólo estamos estudiándolo, sino también buscamos la mejor manera de tratarlos», contó la profesional del Recinto de Ciencias Médicas del Centro Médico de San Juan.

Martínez detalló que por lo observado hasta el momento, en Puerto Rico los trastornos de ansiedad más comunes son los relacionados con ataques de nervios derivados de problemas con la pareja o entre el empleado con su patrono.

«Lo que estamos tratando de hacer es adaptar los tratamientos que ya existen y que funcionan a los trastornos que se producen entre la población puertorriqueña», dijo la experta, resaltando que el problema de ansiedad y miedos entre puertorriqueños es «bien serio».

Enfatizó que la seriedad del problema se debe en cierta medida al escaso diagnóstico. «A mucha gente que llega a las evaluaciones médicas nunca se le había diagnosticado con alguno de los cuatro trastornos mayoritarios: pánico, fobia, fobia social o ansiedad generalizada», explicó.

«El médico le dice al afectado que lo que le pasa es emocional, pero no lo trata. Esto se debe a la mucha falta de orientación. El paciente debe saber que hay tratamientos», afirmó.

Los estudios del equipo con el que trabaja Martínez, especializada en psiquiatría de niños y adolescentes, consisten en evaluar los síntomas del paciente y tras varias visitas con expertos, exponerle al trastorno o miedo que tenga.

«Nos hemos dado cuenta de que les damos tratamiento de exposición y mejoran, pero primero tenemos que ayudarlos a que controlen sus problemas físicos como las irregulares palpitaciones del corazón y la falta de aire», indicó.

La profesional dijo que la mayoría de las personas que han sido evaluadas son mujeres, mientras que los hombres son los que más rápido superan sus trastornos.

«Muchos afectados no tienen idea de qué les está pasando. Con tan solo educar a la persona, notamos una reducción de los síntomas. Una vez que el paciente domina esto (la fase del conocimiento), pasamos a la exposición», aseguró.

Martínez explicó que el pánico suele estar relacionado con una malinterpretación de una respuesta física de nuestro cuerpo. Un ejemplo: Cuando alguien va subiendo unas escalares, le aumenta el pulso cardiaco, y eso le lleva a creer que va a sufrir un ataque al corazón.

La ansiedad además le puede provocar falta de oxígeno, malestar en el estómago, sensación de que algo terrible va a pasar y hasta pérdida de sensibilidad en sus extremidades.

Los trastornos de pánico lo sufren en su mayoría personas con estrés postraumático, como los que en ocasiones sufren soldados que han vivido conflictos bélicos, víctimas de violaciones, asaltos o situaciones peligrosas, en las que la vida haya podido estar en juego.

Otro transtorno de este tipo es la fobia social, que, según Martínez, está asociada a «un miedo increíble a hablar o hacer cosas en público», generalmente por temor a ser evaluado negativamente.

«Este es uno de los trastornos más severos», resaltó la experta, que dijo que no es de extrañar que quienes lo padecen se comporten «de manera irritable, se aislen o se depriman».

«El miedo es la respuesta física del cuerpo que se prepara ante algo malo va a ocurrir, pero en la ansiedad o el nerviosismo son resultado de los pensamientos», abundó sobre algunas de las fobias más comunes.