Investigan el estrés de los inmigrantes

Millones de emigrantes en el siglo XXI sufren niveles de estrés tan intensos que superan su capacidad de adaptación, un síntoma del llamado “Síndrome de Ulises”, al que expertos de Estados Unidos y México van a dedicar una investigación.



El “Síndrome de Ulises” es una enfermedad psicológica que se caracteriza por un estrés crónico y viene asociado a los problemas, como el desarraigo o la inseguridad, que experimentan los inmigrantes cuando se establecen en una nueva residencia.



Por primera vez en la frontera de Estados Unidos con México, catedráticos de ambos países investigarán ese problema mediante el estudio de casos concretos.

Como hoja de ruta, esos investigadores se basarán en los estudios sobre el tema que ha realizado el reputado psiquiatra y profesor Joseba Achotegui, que trabaja en la Universidad de Barcelona (España) y dirige el Servicio de Atención Psicopatológica y Psicosocial a Inmigrantes y Refugiados (SAPPIR).



Un equipo de especialistas de la Universidad de Texas, en El Paso, y de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y el Instituto Mora del Distrito Federal, en México, entrevistarán a 99 personas que sean potenciales candidatos a padecer el “Síndrome de Ulises”.



Eva Moya, investigadora titular del proyecto, que se titula “El Síndrome de Ulises en los migrantes políticos y económicos de México y América Central”, dijo que el objetivo es recabar más información para incidir en programas sociales que beneficien a los inmigrantes.



Moya explicó que el estudio se centrará en los siete “duelos” de los inmigrantes: la familia y los seres queridos, la cultura, la tierra, la lengua, el estatus social, el contacto con el grupo de pertenencia y los riegos para la integridad física.



“Hay un juego de características que se marcan por la experiencia de migración, como es la melancolía, el duelo, la tristeza”, indicó la catedrática de la Universidad de Texas, en El Paso.



El “duelo”, según aclaró Moya, es el proceso de reorganización de la personalidad que tiene lugar cuando la persona ha perdido algo significativo.



“El inmigrante -precisó- desarrolla toda una serie de habilidades positivas, como la resistencia, para adaptarse a una nueva cultura, donde no necesariamente hablan su lengua”.



Los investigadores trabajarán con inmigrantes mayores de 18 años que tengan entre un mes y siete años de historia de inmigración en la zona metropolitana de El Paso-Ciudad Juárez, así como en la del Distrito Federal.

Su estatus legal será irrelevante, apostilló la coordinadora del proyecto.



Según el psiquiatra, existen tres tipos de duelos entre las personas que emigran.

“El duelo simple -sostiene Achotegui- es aquel que se da en buenas condiciones y que puede ser elaborado. El duelo complicado, cuando existen serias dificultades para la elaboración del duelo”.

Y, por último, está “el duelo extremo, que es tan problemático que no es elaborable, dado que supera las capacidades de adaptación del sujeto. Este sería el duelo propio del Síndrome de Ulises”.



La enfermedad toma su nombre de Ulises, el legendario héroe griego que padeció innumerables adversidades y peligros lejos de sus seres queridos.



“Pero las gentes que llegan hoy a nuestras fronteras tan sólo son personas de carne y hueso que, sin embargo, viven episodios tan o más dramáticos que los descritos en la ‘Odisea’”, escribió en un ensayo el profesor de la Universidad de Barcelona.