Baja el hambre, pero no la pobreza en latinos

Aunque el hambre se ha reducido entre los hispanos de Estados Unidos, confirmando una tendencia que ya se había detectado en meses pasados en varios estados, ese cambio no significa una reducción de la pobreza, sino solo mejor acceso a los recursos disponibles, apunta un nuevo estudio.



El reporte, difundido por Bread For the World (Pan para el Mundo, una organización caritativa nacional) indica que en 2013 el número de familias hispanas con hambre o inseguridad alimenticia descendió al 23,7 por ciento, un poco por debajo de la cifra de 2011, pero aún muy por encima del 14,3 por ciento de la población en general enfrentando ese mismo problema.



En números concretos, en Estados Unidos en 2013 había 17,5 millones de familias con insuficiente acceso a comidas en la calidad y cantidad necesarias, incluyendo 3,7 millones de familias hispanas.



Según David Beckmann, presidente de Bread for the World, la mejoría económica permitió que numerosas familias hispanas encontrasen trabajo y, al bajar el desempleo y al incrementarse los ingresos, esas familias pudieron mejorar su calidad de vida, incluyendo reducir el hambre.

Pero no por eso se produjo una reducción en el nivel pobreza.

De hecho, según el reporte mencionado, casi el 25 por ciento de los adultos hispanos y poco más del 30 por ciento de los niños hispanos viven por debajo del nivel federal de pobreza, comparado con el 14,5 por ciento y el 19,9 por ciento de niños no hispanos enfrentando ese flagelo social.



Y el problema afecta más a los inmigrantes hispanos que los hispanos nacidos en Estados Unidos, debido a diferencias entre las situaciones legales, sociales y educativas de ambos grupos, detalla el reporte.



Por eso, a pesar de la reducción en el número de hispanos con hambre, debido a que el nivel de pobreza entre los hispanos no se ha modificado, “los hispanos sigue siendo desproporcionadamente afectados por el hambre”, dijo Beckmann.



“Es conmovedor ver que muchas familias finalmente comienzan a salir del hoyo en el que la recesión los había puesto. Pero es una pesada carga en mi corazón ver que en caso de la comunidad hispana unos 4 millones de niños no saben si se van a ir a dormir con hambre, incluso si ambos padres trabajan en dos y a veces hasta tres lugares”, agregó.



Para Michelle Ray, directora de comunicaciones de Colorado Sin Hambre (una coalición de casi 500 agencias públicas y organizaciones privadas), además de la creación de trabajos y del acceso a mejores salarios, una mayor colaboración entre los grupos que combaten el hambre a nivel local, estatal y federal ha contribuido a reducir el hambre.

Y esa contribución, dijo Ray, podría ser aún mayor si se reformase el sistema federal de ayuda alimenticia “para que, por medio de un uso sabio de los dólares de los contribuyentes, se pudiese beneficiar a millones de personas con hambre”.