La FCC garantiza la igualdad de acceso a Internet y prohíbe «canales rápidos»
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) dio un paso adelante en la defensa de un Internet libre y en contra de los canales de pago de alta velocidad, en una decisión considerada histórica.
«Hoy es un día para recordar», señaló Tom Wheeler, presidente de la FCC, tras la conclusión de la votación de ese organismo federal independiente sobre una propuesta relacionada con la Red.
La propuesta, que considera Internet un servicio público y, por lo tanto, sujeto a una más estricta regulación para garantizar la igualdad de acceso, contó como era de esperar con el respaldo de los tres miembros demócratas y la oposición de los dos republicanos de la FCC.
Wheeler aseguró que, con esta decisión, se trata de defender «la apertura, libertad de expresión y la ausencia de controladores que digan lo que se puede hacer, dónde se puede ir y qué se puede pensar».
«Internet es simplemente demasiado importante para permitir que los suministradores de banda ancha sean los únicos que establezcan las reglas», afirmó el presidente del organismo regulador.
De este modo, la FCC recalca el deber de asegurar que las grandes compañías proveedoras de la Red, como Comcast o Verizon, no puedan ralentizar el acceso a determinados portales web o que establezcan «canales rápidos» por los que cobrarían un precio adicional a los suministradores de contenido.
La cuestión ha suscitado un notable debate en el país, con críticas especialmente desde asociaciones de usuarios de internet que han alertado del impacto que tendría dejar sin control las grandes operadoras.
Por su parte, estas compañías habían argumentado, junto con los dos comisarios republicanos de la FCC, que este aumento en la regulación desalentaría los procesos de innovación que han caracterizado la Red.
«Lo que no tiene sentido, y nunca lo ha tenido, es tomar el marco regulatorio desarrollado para la red de telefonía de 1930 y hacer que sus tataranietos, con tecnologías y opciones ni siquiera soñadas ochenta años atrás, vivan bajo ese mismo marco», afirmó Jim Cicconi, vicepresidente de asuntos legales de la operadora AT&T, en un comunicado.
En la misma línea se expresaron algunos líderes republicanos en el Congreso, donde comparecerán los comisarios de la FCC el próximo mes para comentar la decisión, quienes criticaron el celo regulador por parte del Gobierno.
En este sentido, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, instó a los «burócratas gubernamentales excesivamente entusiastas a mantener sus manos lejos de Internet».
«Más mandatos y normas sobre la innovación y los emprendedores no es la respuesta y, por eso, los republicanos continuaremos nuestros esfuerzos por detener este planteamiento equivocado», agregó Boehner.
La nueva legislación, que está previsto que entre en vigor en 60 días y sustituya al anterior conjunto normativo de 2010, incluye también a las operadores de telefonía móvil, dado el creciente acceso a Internet desde los dispositivos como tabletas y teléfonos inteligentes, algo que no ocurría en la versión previa.
La asociación de operadores y proveedores de internet ya han prometido que no cejarán en su batalla y llevarán la decisión ante los tribunales.
En un movimiento poco habitual, la propia Casa Blanca tomó posición en ese debate. El presidente, Barack Obama, señaló a finales del año pasado que Internet debe entenderse y regularse como un «servicio público básico», que es «esencial para la economía» de Estados Unidos y con una «significativa influencia democratizadora».