Desconocimiento y vulnerabilidad son causas de accidentes de obreros
El desconocimiento e incumplimiento de las normas de seguridad, la falta de entrenamiento, el escaso dominio del inglés y el miedo a represalias de sus empleadores son algunos factores que han contribuido al aumento de las muertes de los hispanos en la construcción, según expertos.
La reciente muerte de tres trabajadores hispanos en un edificio de Raleigh, capital de Carolina del Norte, ocurrida el pasado 23 de marzo tras desplomarse el andamio en que se encontraban, es una nueva tragedia que se suma a las que ocurren casi a diario en todo el país en zonas de construcción.
Según cifras nacionales del Departamento de Estadísticas de Trabajo (BLS, en inglés), entre los años 2010 y 2013 aumentó el número de muertes de trabajadores latinos de la construcción en comparación con obreros de otras razas.
En 2010, los latinos representaban más del 24 % de los obreros de la industria, pero constituían el 23 % de las fatalidades en los sitios de construcción, de acuerdo a un análisis de esta agencia federal. Un año después, los hispanos comenzaron a fallecer con mayor frecuencia y su tasa de mortalidad llegó al 26 %, luego en 2012 alcanzó el 27 % y en 2013 terminó en el 29 % de muertes registradas.
“Todos los días nos encomendamos a Dios, porque sabemos que hacemos uno de los trabajados más peligrosos”, afirmó a Benedicto Rodríguez, un compañero de trabajo de los obreros fallecidos en Raleigh.
Según este trabajador de origen hondureño, y quien lleva más de diez años en la industria, los hispanos son los que en mayor número se arriesgan porque “nadie más quiere hacer lo más difícil y peligroso”.
En la medida en que un mayor número de hispanos ingresan a la industria de la construcción las posibilidades de que incurran en accidentes fatales aumentan, aún cuando éstas podrían evitarse si se controlasen algunos factores, según expertos.
“La necesidad de la seguridad es muy baja por parte de los empleados, ya que no existe un organismo como OSHA (Administración de Seguridad Ocupacional, en inglés) en Centroamérica o Latinoamérica”, que es donde provienen mayormente los obreros inmigrantes, explicó Jorge Pérez, director de la Asociación Americana de la Industria de la Construcción en Illinois.
Para Julián Arcila, director de la Asociación de Contratistas Hispanos de las Carolinas, en muchas ocasiones los trabajadores latinos no cumplen con las normas de protección aunque las conozcan. “Entre la comunidad latina aún existe el concepto de que ‘a mí no me pasa’ y algunos casos (de accidentes) terminan pasando. Nuestra organización ha logrado capacitar a muchos trabajadores bajo las normativas de seguridad de OSHA, y creemos que la importancia sobre el tema va en aumento”, añadió Arcila.
Sin embargo, para Rebecca Smith, directora del Proyecto de Derecho Laboral Nacional (NELP, en inglés), un grupo de apoyo a los trabajadores del país, el estatus migratorio irregular de los hispanos en la construcción los hace más vulnerables frente a sus empleadores.
“Para evitar represalias, los hispanos no se quejan y evitan pedir ayuda para conocer las reglas o procedimientos de los trabajos, además de que como no dominan el idioma inglés su situación se agrava”, añadió Smith.
Según Brian Turmail, director de asuntos públicos de la Asociación General Americana de Contratistas (AGC), el organismo está llevando a cabo un estudio sobre fatalidades en el sector de la construcción durante los últimos tres años, para identificar los factores que contribuyen al aumento de las muertes de hispanos. “Lo que más nos preocupa es que este tipo de estudio no ha sido ordenado por las autoridades federales”, destacó el experto.
“La mejor manera de mejorar la seguridad es realizar este tipo de estudios para identificar potenciales problemas antes de que más trabajadores mueran o se accidenten”, agregó. Rodríguez recuerda con nostalgia a sus amigos que perdió aquella fatídica mañana y aunque reconoce que se juega la vida cada día al trabajar en las alturas, es un trabajo que paga bien, por eso se arriesgan para mantener a la familia.
“La necesidad nos obliga a arriesgarnos, pero creo que debemos exigir más a las empresas que nos contratan para recibir entrenamiento y siempre estar pendiente de cambios y nuevas regulaciones, para evitar tragedias como las que les pasó a mis compañeros”, concluyó el obrero.