Apoyan reestructurar deuda de Puerto Rico

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jacob Lew, señaló que es favorable a la reestructuración de la deuda del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que se eleva a cerca de 73.000 millones de dólares y que el Ejecutivo local ya anunció que es imposible de pagar en las condiciones acordadas.

Lew respondió a través de una carta al presidente de Finanzas del Senado de Estados Unidos, Orrin Hatch, quien hace unos días le había escrito para plantearle la responsabilidad del país norteamericano ante la deuda de Puerto Rico.



El secretario del Tesoro deja claro en la carta que las autoridades estadounidenses no acudirán al rescate financiero de Puerto Rico, además de subrayar que está de acuerdo con Hatch en que la isla caribeña “necesita un proceso ordenado de reestructuración de unos pasivos insostenibles”.

“Yo creo que el Gobierno federal tiene un papel crítico que jugar para ayudar a Puerto Rico a lograr el mejor resultado posible para su pueblo”, destacó el funcionario estadounidense.



Recalcó que la situación fiscal de Puerto Rico es urgente y que requiere la inmediata atención del Congreso, ya que la isla caribeña es el hogar de 3,5 millones de ciudadanos estadounidenses.



‘Lew recuerda en la carta que a pesar de las muchas medidas adoptadas para hacer frente a esos desafíos financieros el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, hizo público hace pocas semanas que la deuda de Puerto Rico, de 73.000 millones de dólares, no se podrá pagar, al menos en los términos acordados.



“Cualquier esfuerzo para que Puerto Rico regrese al camino económico sostenible debe comenzar con el desarrollo de un plan fiscal integral a largo plazo que aborde los desafíos financieros de Puerto Rico”, subrayó Lew.



Recordó la creación por parte de García Padilla de un Grupo de Trabajo para la Recuperación Económica de Puerto Rico, que según dijo debe incluir para ser más efectivo la aportación de todos los implicados, incluidos los acreedores.
El plan fiscal también debe ser complementado con una estrategia de crecimiento económico realista y sólida que fomente nuevas inversiones privadas, aumente la competitividad de Puerto Rico y fortalezca su economía, apuntó.