Un EEUU con menos católicos y parroquias más latinas espera al Papa

El Estados Unidos al que llega el papa Francisco es un país con menos católicos que en la visita de su predecesor, Benedicto XVI, en 2008 y con parroquias más latinas que las de 1965, cuando un santo padre pisó por primera vez el país.



Desde la visita de Pablo VI en los años sesenta, el crecimiento de la población católica en el país se ha debido en un 70 por ciento a la inmigración hispana, una comunidad integrada por más de 20 nacionalidades que ha transformado el modelo de parroquia.



Para los católicos que llegaron de Europa en el siglo XIX y en la primera mitad del XX, la parroquia era un centro clave de su identidad nacional, de manera que en el radio de dos kilómetros podía haber una iglesia italiana, una irlandesa, una alemana y una polaca.

“Ese modelo de parroquia nacional quedó superado con el gran y acelerado crecimiento de la comunidad hispana católica. Llegó un momento en que esas primeras parroquias de mexicanos o puertorriqueños se saturaban muy rápido”, explica Mar Muñoz, directora ejecutiva del secretariado sobre diversidad cultural de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.



El peso y la diversidad nacional de la inmigración católica hispana han impulsado la parroquia multicultural, un modelo que en 2000 estaba en el 22 por ciento de los centros y ahora rige en más de un tercio.



Pese al empuje de la inmigración hispana, el número de católicos en Estados Unidos ha disminuido en los últimos años, del 23,9 por ciento en 2007 al 20,8 por ciento en 2014, según los últimos datos del centro de investigaciones Pew.



“El reto son los jóvenes. La Iglesia católica tiene que aprender a hablar a las segundas y terceras generaciones. Hay muy poca atención para los hispanos nacidos aquí, que son el 60 por ciento”, diagnostica Muñoz.



El año pasado había en el país 76,7 millones de católicos, de los cuales 29,7 millones son hispanos, según estima la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.



Además, el 45 % de los estadounidenses dice tener algún tipo de conexión con el catolicismo, entre ellos los que se definen como “católicos culturales” (9 %), normalmente por haber sido educados en una familia católica, y los excatólicos (9 %).



“Hemos superado barreras. Hubo un tiempo en que se recelaba socialmente de los católicos. Especialmente a la hora de darles poder. Incluso llegó a estar prohibido que ocuparan cargos públicos, porque se pensaba que su lealtad estaba con Roma y no con el país, argumentos falsos que se usaban para discriminar”, cuenta Muñoz.



“Queda un cierto recelo en la cultura de este país. John Kennedy (1961-1963), único presidente católico, tuvo que prometer que sus convicciones católicas no iban a pesar sobre sus decisiones políticas. Quedan resquicios de eso”, añade.



El descenso del número de católicos en los últimos años se enmarca en el de los cristianos como conjunto, que cayó del 78,4 % al 70,6 % entre 2007 y 2014, según Pew.



El hecho más relevante en esta tendencia es que la mayoría religiosa protestante de larga historia en Estados Unidos ha dejado de serlo, al pasar del 51,3 % al 46,5 % en esa horquilla de siete años.



Los únicos grupos que crecen hoy en día en Estados Unidos son el de los “no afiliados” a ninguna religión, que aumentaron del 16,1 % de 2007 al 22,8 % del año pasado, y el de los no cristianos, que creció del 4,7 % al 5,9 % en esos años.



Desde la Iglesia católica en el país confían en que la visita del carismático papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, sirva para ilusionar a los católicos hispanos y les convenza de que este es su tiempo para liderar. 


Los discursos del papa -en el Independence Mall, el Congreso o en las Naciones Unidas- han despertado gran expectación en la sociedad estadounidense, tradicionalmente conservadora pero consciente de la fuerza del “papa de los pobres”, cuyo primer viaje fuera del Vaticano fue a Lampedusa para denunciar el drama de la inmigración.


Se espera que el papa también toque el tema de la inmigración en su viaje a Estados Unidos.