Racismo y segregación siguen afectando la salud

El racismo estructural, la marginalización y segregación de ciertos grupos en Estados Unidos debido a su raza, género, habilidad corporal o mental continúa afectando las oportunidades de acceso a cuidados médicos y, por lo tanto, la salud de esas minorías, afirmó en Denver un destacado catedrático.

Invitado por la organización comunitaria The Colorado Trust, el Dr. John Powell, director del Instituto Haas para una Sociedad Justa e Inclusiva y canciller de equidad e inclusión de la Universidad de California en Berkeley, explicó la conexión histórica entre racismo y servicios de salud.

“Raza es como la gravedad: todos la experimentados pero sólo un puñado de gente realmente la entiende. Hablar de raza es como hablar del cáncer. Existen cientos y quizá miles de distintos tipos de cáncer. Lo mismo sucede con la raza. La mayoría de nosotros no tenemos la habilidad para hablar de raza”, afirmó Powell.

Y esa “racialización estructural” genera resultados sociales inaceptables, como aquellos que reducen las oportunidades de acceso equitativo a servicios médicos.

Por eso, dijo Powell, “la meta no es terminar con los prejuicios, sino cambiar los resultados” modificando los “procesos y relaciones” que sirven de base al racismo institucional.

Uno de esos “procesos”, explicó el catedrático, es la pobreza.

Powell lamentó que en Estados Unidos haya 47 millones de personas viviendo en pobreza y, aún peor, “que la mayoría de las áreas con una alta concentración de pobreza sean los vecindarios de afroamericanos o latinos”.

“Los blancos, incluyendo los blancos pobres, difícilmente vivan en unas áreas con una alta concentración de pobreza”, puntualizó.

“Y vivir en esa área significa mucho más que no tener acceso cercano a una tintorería con limpieza en seco. La pobreza, por su impacto en la estructura del cerebro, reduce la habilidad de aprender y el coeficiente intelectual”, agregó.

Para Powell, esa disparidad social, cuanto más se agudiza, más les impide a las personas segregadas o empobrecidas vivir una vida saludable.

“Si alguien experimenta cuatro situaciones traumáticas, su cerebro queda afectado de por vida. La mayoría de los niños afroamericanos o hispanos experimentan hasta diez de esas situaciones traumáticas antes de entrar en la escuela secundaria”, aseveró Powell, quien indicó que su propio hijo pasó por esa situación.

“Ni siquiera notamos que las estructuras son desiguales. Decimos que cuando suba la marea subirán todos los botes pero muchos no tienen botes. El racismo no termina cuando se trata a todos de la misma manera”, declaró.

En la actualidad, para recibir ayuda “se debe pertenecer a un cierto grupo”, del que la mayoría de los hispanos y afroamericanos están excluidos.

“Para lograr un cambio transformativo, debemos crear un ambiente al que todos pertenezcan”, concluyó.