Deontay Wilder sacó en camilla a Szpilka
Noche de contrastes y emociones las vividas en el moderno Barclays Center, de Brooklyn, donde el púgil estadounidense Deontay Wilder retuvo por tercera ocasión el título de campeón del peso pesado, su rival el polaco Artur Szpilka salió en camilla y el británico Tyson Fury fue el gran actor invitado.
Wilder, de 30 años, que revalidó el título del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al derrotar por nocáut demoledor a Szpilka, en el noveno asalto, demostró que, al margen de las lagunas técnicas que tiene en su boxeo, la pegada es demoledora, y el gancho de derecha de contra que le colocó a su rival fue destructivo.
La potencia de su golpe hizo que el púgil polaco de 26 años quedase completamente tendido en la lona, boca arriba, sin poder reaccionar durante varios minutos mientras era atendido por el personal médico. Tras reanimarlo lo colocaron en una camilla y lo trasladaron a un hospital.
Mientras que el púgil ruso Alexander Povetkin, aspirante obligatorio al título de Wilder por parte del CMB, se mostró sorprendido e impresionado por lo que sucedía arriba del ring. Tal vez, porque Povetkin no tiene que pedir nada porque será el próximo rival de Wilder, dado que el máximo aspirante y el designado por el CMB para que el campeón exponga por cuarta vez su título.
Con la cara a penas separada por unos centímetros de la Wilder, Fury le gritó: “Tú sabes que no le tengo miedo a nadie. Cuando quieras, donde quieras y en cualquier momento aquí estoy Wilder”.
El invicto púgil británico, que el pasado 15 de noviembre hizo historia acabó con más de una década de reinado del ucraniano Wladimir Klitsckho en los pesos pesados al imponerse por decisión unánime, tiene en su poder el título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Organización (OMB). También le quitó a Klitsckho el de la Federación Internacional (FIB), pero al no llegar a un acuerdo con la organización, lo perdió y quedó vacante.
Ante tal atrevimiento “consentido” por parte de los organizadores de la pelea entre Wilder y Szpilka, Wilder, que intentó mostrarse “relativamente” molesto le respondió a Fury: “Nosotros sabemos que no eres un peleador de verdad, esto no es lucha libre y te prometo que cuando subas al ring conmigo te voy a bautizar porque hablas como un predicador”.
La reacción de Wilder acentuó el enfado de Fury que se quitó el chaleco que llevaba puesto y la corbata para tirarlos sobre la lona del cuadrilátero, mientras intentaba acercarse de nuevo a Wilder, sin que esta vez los promotores lo permitiesen.