Eddy Álvarez triunfó en el hielo y sueña ser pelotero
Eddy Álvarez, medallista en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, es un joven cuabanoamericano que se crió en Miami, donde no es común practicar deportes de hielo, lo que no le impidió ser una estrella del patinaje de velocidad, pero ahora tiene un nuevo reto, ser jugador profesional de béisbol.
Conocido como “The Jet”, Álvarez ganó en febrero pasado la medalla de plata con el equipo masculino de velocidad en pista en categoría relevos de 5000 metros en los Juegos Olímpicos de Sochi.
“La experiencia fue increíble, pero para llegar hasta ese punto todo el equipo que entrena en Utah pasó por una preparación física y mental muy dura de seis a ocho horas diarias, seis veces por semana”, dijo.
Álvarez nació de padres cubanos en Miami en 1990 y desde pequeño sintió fascinación por el deporte. “Desde muy chiquito jugué béisbol, siempre tenia un bate o una pelota en la mano. Pero como a los 5 años mis papás me llevaban a patinar a las calles de South Beach, y era muy bueno y rápido”, recordó.
Y aunque su primer amor fue el béisbol, se le daba tan bien el patinaje sobre ruedas que más de uno recomendó a sus padres que Eddy debía practicar esta misma disciplina pero sobre hielo.
Pero Miami no es precisamente el mejor lugar para los deportes sobre hielo, circunstancia que no desanimó a este joven, el primer cubano en un equipo olímpico de esta disciplina. “Durante la semana practicaba seis días sobre ruedas y solo los domingos iba a una pista para patinar sobre hielo. Esto lo hice constantemente durante mi infancia y adolescencia”, relato.
Cuando terminó la secundaria y, aunque nunca abandonó el béisbol, tomó la decisión de seguir en el patinaje sobre hielo de manera profesional y para ello tuvo que mudarse a Salt Lake City (Utah), donde continuó su entrenamiento hasta conseguir ser parte del equipo nacional en su disciplina.
Álvarez asegura que todo se lo debe a sus padres, Walter y Mabel, quienes lo apoyaron en todo momento y acompañaron en su camino hacia el éxito. “Yo todo se lo debo a ellos, ellos me llevaban a las prácticas y las competencias. Manejaban hasta donde haga falta para que yo participe, nunca se perdieron una”, recordó.
Por su experiencia, Álvarez lleva consigo el mensaje a niños y jóvenes de que si aman el deporte, deben practicarlo y, aunque se presenten trabas, les recomienda que sigan adelante.
“Yo, que soy de Miami, no debería estar en el hielo pero lo hice, fui a las olimpiadas y gané una medalla de plata. Por eso, siempre digo que todo es posible, pero hay que intentarlo”, subrayó.
Tras superar una intervención quirúrgica en 2012, Álvarez volvió al patinaje, pero ahora, una vez obtenida la medalla, piensa en dar un giro a su carrera como deportista y darle una oportunidad al béisbol. “Yo nunca dejé por completo el béisbol, pero en un momento decidí que me tenía que dedicar profesionalmente a algo y escogí el patinaje. Ahora he regresado a casa para intentar cumplir mi sueño con la pelota”, afirmó. Para ello, Álvarez, que se declara admirador del exjugador de Seattle Mariners, Cincinnati Reds y Chicago White Sox Ken Griffey Jr., entrena con su hermano, quien ha jugado profesionalmente durante siete temporadas en las ligas menores de los Dodgers de Los Ángeles, y lo está preparando para presentarse a diferentes equipos.