Latinos con dificultades para cuidar salud mental

Los hispanos son el grupo que menos acude a los servicios de salud mental, según advierten varios estudios que apuntan a la falta de seguro de salud y las barreras culturales y de idioma como principales factores.



La incidencia de problemas de ansiedad y depresión afecta aproximadamente a un 10 por ciento de los hispanos en Estados Unidos, según el doctor Alfredo Ratniewski de ConsejoSano, que señala que el dato podría ser mayor puesto que hay quien “lo niega o no se le ha identificado el problema porque no acude” a consulta.



Según una encuesta realizada por la organización California HealthCare Foundation el pasado año, los latinos son el grupo que menos cree que el tratamiento de salud mental puede ser efectivo.



En concreto, una de cada cinco personas dijeron que no buscaría ayuda, aunque tuvieran seguro médico.

Además, cuando tienen problemas de ansiedad y depresión no solo buscan tratamiento con un consejero o psicólogo sino que también hay quien busca ayuda de su familia, comunidad o iglesias, agrega.



Ratniewsky apunta a que la falta de recursos económicos, de educación y de miedo al estigma lleva a los hispanos a no enfrentar el problema, pero “la gente no debe dejar de atender a esos problemas porque cuanto antes más fácil es tratarlos”.



La Asociación Americana de Psiquiatría señala que los hispanos usan los servicios de salud mental con menor frecuencia que otros grupos étnicos o raciales y “menos del 10 por ciento de los hispanos o latinos que sufren un trastorno mental buscan los servicios de un especialista en salud mental”.



“El estigma debe desaparecer porque las enfermedades mentales son extremadamente frecuentes”, agregó.

Estas enfermedades pueden estar propiciadas por factores hereditarios o bien por razones ambientales, “como el estrés de la vida cotidiana, los problemas económicos, familiares o de adaptación”, en el caso de los inmigrantes.



Ratniewsky instó a buscar ayuda “cuando uno siente que no tiene interés por las actividades de la vida cotidiana (o) tiene casos de llanto inmotivado”, porque “existe una solución”.



Además, recomendó mantener una vida sana, que incluya ejercicio y prácticas como el yoga o la meditación y hábitos alimenticios saludables, porque “si alguien sufre de ansiedad y se toma diez tazas de café empeora muchísimo, también si fuma”, puso como ejemplo.



La Asociación Americana de Psiquiatría señala que a pesar de que los latinos se incorporan rápidamente a la cultura estadounidense, la inmigración puede ser traumática ante la pérdida de seres queridos, por sufrir discriminación o malas condiciones de vida.



“Adaptarse a una nueva cultura, un nuevo idioma y nuevas costumbres también puede provocar estrés”, señala en los materiales en español para la comunidad hispana disponibles en su página web.



“Como resultado de esos factores de estrés, los inmigrantes tienen mayor riesgo de padecer problemas mentales o emocionales, en particular, depresión, ansiedad, estrés postraumático y abuso de drogas”, advierten.



Según datos difundidos por esta agrupación, sólo el 36 por ciento de los hispanos con depresión reciben cuidado médico, frente al 60 por ciento de los blancos no hispanos.



Entre los factores apuntan a la barrera lingüística, además de a las dificultades económicas, la falta de conocimiento de las enfermedades mentales y el estigma.