Exilio cubano dividido por apertura de embajadas
La próxima apertura de embajadas de Estados Unidos y Cuba en sus respectivas capitales ha generado una significativa división de opiniones en el exilio isleño en Miami, aunque todos los grupos coincidieron en exigir la libertad de los presos políticos como condición previa.
El presidente, Barack Obama, compareció en televisión para anunciar que EEUU y Cuba habían llegado a un acuerdo para restablecer sus relaciones diplomáticas y abrir embajadas en sendas capitales, una apertura que será efectiva el 20 de julio.
Pero las organizaciones del exilio cubano reaccionaron de manera muy diferente al anuncio oficial, algunas de forma airada y muy contrariadas, mientras que otras definieron esta vía como la “correcta”, pero exigieron como contrapartida la liberación de todos los presos políticos en la isla.
“La apertura de una embajada castrista en Estados Unidos, sin que este régimen haya hecho ninguna apertura en materia de derechos humanos, contribuye a consolidar ese régimen”, dijo contundente Orlando Gutiérrez, presidente del Directorio Democrático.
En la misma línea, Antonio Díaz Sánchez, secretario general del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), fundado en la isla por el activista fallecido Oswaldo Payá, aseguró que abrir una misión diplomática estadounidense en La Habana significa “dar un espaldarazo a un Gobierno tiránico que ha negado las libertades y derechos humanos”.
Además, precisó Díaz, la apertura de las sedes diplomáticas a partir del 20 de julio es el pistoletazo de salida para la entrada de inversión y capital extranjero, “en un ambiente de no derechos y donde prima la falta de libertad y el totalitarismo”.
Sin embargo, para Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, los pasos dados por Obama “van en la dirección correcta”, pero “solo” planteados desde la obligación de “darle voz al pueblo cubano y la libertad de los presos políticos” y terminar con la persecución de los disidentes. “Que se hagan amigos dos enemigos” es una acción pragmática y plausible, pero “insuficiente” a la luz de los hechos: “El dictador cubano continúa golpeando a los opositores, deteniéndoles y dividiendo a la familia cubana”, apostilló Sánchez.
Por otro lado, sostuvo que la apertura de la sede diplomática estadounidense en La Habana “sería muy útil”, siempre y cuando, aclaró, no se restrinja el libre movimiento de los diplomáticos dentro de la isla.
Obama anunció en diciembre pasado que su Administración restablecería los lazos diplomáticos con la isla comunista, tras más de medio siglo de aislamiento.
En los meses posteriores, el Gobierno estadounidense puso en marcha varias medidas específicas, tales como el levantamiento de algunas restricciones comerciales y de viajes a la isla desde territorio nacional, así como la retirada de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
“El régimen castrista no ha cambiado. Apuesta a que los cambios provengan de la administración del presidente Obama”, manifestó Sylvia Iriondo, presidenta de la Organización pro Derechos Humanos en Cuba (MAR por Cuba), para preguntarse a continuación: “¿De qué sirve la apertura de embajadas mientras que en Cuba se sigan violando los derechos del pueblo cubano y aumenta la represión?”.