Lamentan menor repercusión de latinos muertos por policías

Mientras la muerte de dos afroamericanos en incidentes con agentes de policía ha centrado el interés de la opinión pública y los políticos, activistas lamentaron que la muerte de latinos a manos de las autoridades tengan menor repercusión.



El activista Pablo Alvarado, director ejecutivo de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON, en inglés), organización que defiende a los hispanos del perfil racial de las autoridades, indicó que esta situación se debe a una menor presión de la comunidad latina.



“Para bien o mal, el movimiento de los inmigrantes y los latinos ha estado enfocado más en las deportaciones y en la reforma migratoria”, consideró.



Los casos de Baton Rougue (Luisiana) y Falcon Heights (Minesota), en los que murieron dos afroamericanos a manos de la policía, han generado no sólo protestas y manifestaciones en numerosas ciudades del país sino que dieron pie a la matanza en Dallas, en la que murieron cinco agentes.



En la misma semana cuatro hispanos murieron en diferentes incidentes con la policía a lo largo del país, sin que estos casos hayan tenido repercusión nacional.



Y es que, según denunció la organización Stolen Lives, de Fresno (California), desde 2000, más del 80 % de las víctimas en choques con la policía es de origen latino, aunque esto no ha supuesto una reacción política ni mediática similar a la registrada en casos en los que las víctimas eran afroamericanos.



No obstante, Alvarado cree que es cuestión de tiempo que la comunidad latina denuncie con más fuerza los casos de violencia policial.

“Nuestra comunidad va a comenzar también a ver que la persecución no es sólo contra los americanos, sino en general contra la gente de color, y eso nos incluye”, aseguró Alvarado.



Por ello, estimó, los casos de los latinos paulatinamente tendrán una mayor repercusión y se irá equiparando a los de la comunidad afroamericana, que, en su opinión, tiene una “historia más larga de lucha y los niveles de persecución de la comunidad afroamericana son mayores que los de los latinos”.



El domingo 3 de julio, Raúl Saavedra Vargas, de 24 años, fue muerto a tiros por las autoridades luego de tratar de escapar de una detención de tráfico y dirigir su vehículo hacia el público que participaba en un festival local en Reno (Nevada).



En la noche del mismo domingo, en Fullerton (California), Pedro Erick Villanueva, de 19 años, perdió la vida cuando dos oficiales encubiertos le dispararon luego de que se negara a detener el vehículo que conducía.



El 5 de julio, en Yuma (Arizona), la policía dio muerte a Melissa Ventura, de 24 años, después de que, según los agentes, la mujer les atacase con un cuchillo cuando llegaron a su casa para investigar una denuncia de violencia doméstica.

Al día siguiente, Antonio Núñez, de 19 años, fue baleado por la policía en San José, en California, luego de una llamada que lo reportó a la Policía como “posible suicida”.