Sacerdote exorcista en visita de sanación

Fue presentado como “el sacerdote exorcista” al menos eso decía el cartel que anunciaba la presencia del religioso argentino Claudio Olszanski, en su tercera visita a Nueva Jersey, pero no hubo gente a la que le sacaran al diablo de adentro ni enfermos sanados milagrosamente.

Sin embargo, la devota Lupita González, antigua residente de El Bronx hoy asentada en Mount Olive, condado de Morris, NJ, testimonia en favor.

“Hace dos semanas yo tuve un retiro con el padre Claudio. Estaba mal, yendo a médicos y hospitales y no sabía lo que tenía ni lo que pasaba conmigo” dice Lupita. “Sin embargo, después del retiro me sentí transformada, renovada, lista para comenzar una vida nueva”.

Susano José, coordinador del Centro Carismático Católico Diocesano de Paterson, sede de éste III Congreso de Liberación y Sanación que dirige el padre Claudio Olszanski, dice que hay personas de la feligresía que han tenido curaciones.

En un momento de éste evento, realizado del viernes al domingo 26 de junio pasado, todos los asistentes son llamados por el padre a abrazarse y compartir en silencio sus penas y oraciones.

Una de ellas, Jackie Solier, agarrada de las manos, cabeza con cabeza, con una asistente, se mantiene en ese trance durante cinco minutos que, ante lo callado del recinto, parece una eternidad.“Es renovador. De aquí salgo convertida, transformada. Con mas fuerzas para luchar en la vida diaria,” dice Solier, luego de soltarse.

El padre Olszanski dice que las sanaciones son resultado, en buena cuenta, del hecho que la mayoría de las enfermedades son sicosomáticas, dicho en lenguaje llano: la gente se inventa las enfermedades, por diferentes motivos.

“Muchas enfermedades son sicosomáticas. Dicen algunos médico que la mitad de las enfermedades tienen ésta procedencia, otros que el 80%,” dice el sacerdote a Reporte Hispano. “Es más, para la ciencia médica hay enfermedades y enfermos. Hay que buscar porque las personas se enferman”.

Desde la religión, anota, lo ven como un proceso en el que Jesús entra a lo profundo de las vidas de las personas y las sana.

“Yo les decía a las personas de aquí que si me invitan a su casa, me instalan en la sala y la sala siempre está limpia. Pero yo quiero ver como están los closets y los basement. El proceso de sanación es que Dios entre a nuestros closets y basement allí donde tenemos nuestros recuerdos guardados que representan todas nuestras miserias. Eso es el proceso de sanación: que Jesús entre allí donde tenemos nuestros recuerdos guardados, que representan todas nuestras miserias, que se lo podamos mostrar y caminar con la frente en alto”.

La explicación última de la sanación, la llave, es el perdón, de acuerdo al padre Olszanski. Es perdonar al padre porque no dio amor al hijo que no deseaba, no quería. Perdonar al prójimo, al enemigo, al otro que te odia. Incluso perdonar la traición del amor.

“Perdón y amor van de la mano. El que no perdona no ama. Yo he visto muchos casos, casos de parejas, de matrimonios. Entonces, por mas que uno se separe, uno es responsable por la sanación del otro. Tienen que seguir orando.”

Sacerdotes bilingües

Inevitablemente tiene que hablar de los inmigrantes porque cree firmemente que la iglesia es un manto contenedor y protector para el inmigrante desvalido.

Sin embargo, cree que la iglesia (católica) debe hacer más, que los sacerdotes de aquí hablen más idiomas.

“La iglesia católica está haciendo un esfuerzo para ayudar, socorrer, a los inmigrantes, pero creo que no es suficiente, creo que deberíamos hacer un esfuerzo mayor todavía y que los sacerdotes de aquí deberían hablar por lo menos dos lenguas: inglés y vietnamita, inglés y coreano, inglés y español, etc, para que la iglesia esté más al servicio de los inmigrantes”.

Defiende que el Papa Francisco I, ha iniciado un mayor acercamiento a los inmigrantes, pero no solo con los inmigrantes sino con los más pobres de los inmigrantes que son los refugiados que actualmente llegan a Europa de África o Asia.

“Hay varias clases de inmigrantes y los más pobres son los refugiados. Porque aquí los inmigrantes aunque no tengan papeles tienen una casa donde estar” explica Olszanski. “Los que están refugiados están en carpas en el desierto con 100 grados de calor y les dan un galón de agua que tiene que servirles para toda la familia. Esos están todavía peor y el Papa los ha defendido y defiende mucho”.