Steven López, un maestro del taekwondo, de origen latino
El estadounidense de origen nicaragüense Steven López, varias veces medallista olímpico en taekwondo, está listo para Río 2016, unos juegos en los que, como en todas las pruebas en las que compite, se propone llegar muy lejos pero sin olvidar de dónde viene.
En su historial figuran múltiples medallas de oro, plata y bronce tanto en competencias a nivel mundial como en Juegos Olímpicos desde el año 2000, una abundancia de triunfos que contrasta con la humildad de sus palabras.
López reconoce que ha logrado metas inimaginables gracias al apoyo de su familia, especialmente de sus padres, Julio López y Ondina Mendieta, de origen nicaragüense.
Este luchador de taekwondo, que ha ganado cinco campeonatos del mundo, en distintas categorías, y quedó en tercer lugar en su disciplina en los últimos Juegos Panamericanos, recuerda siempre el mejor consejo que su papá le dio a él y sus otros tres hermanos, todos atletas profesionales en la misma rama y que también han participado en competencias alrededor del mundo y en los Juegos Olímpicos.
“Mi padre me enseñó a ponerme metas, a trabajar duro, y su consejo siempre era: haz lo que tu quieras hacer en la vida, lo que tu elijas, pero asegúrate de hacerlo bien y de que siempre vas a poner empeño en ser el mejor”.
Estas palabras lo marcaron desde niño y lo enseñaron a llegar hasta donde él quisiera. “Mis papás emigraron de Nicaragua a principios de los años 70, venían de un país pequeño con un muchos sueños por delante, sin hablar inglés pero sabían que este país les ofrecería un mundo de oportunidades”, comentó.
Los López llegaron a Nueva York, donde nacieron Jean y Steven, pero al poco tiempo se reubicaron en el área de Houston, donde nacieron Mark y Diana.
En sus palabras López expresa admiración por sus padres y no olvida sus raíces hispanas. Así, recuerda que hace unos meses viajó a Nicaragua con el equipo estadounidense de taekwondo y allá tuvieron un encuentro muy especial con niños que se inician en esta disciplina.
“Fue algo muy emotivo, son cosas que te llena el alma al saber que de alguna forma ellos te ven como inspiración; eso es algo muy reconfortante”.
Tal vez en esos niños López se ve a si mismo, pues desde muy corta edad se inicio en las artes marciales. Comenzó sus primeras clases cuando apenas tenía 5 años, mientras su hermano mayor Jean, quien actualmente es entrenador olímpico de taekwondo, ya empezaba a participar en competencias. Después vinieron sus otros hermanos, Mark y Diana, todos apasionados y reconocidos exponentes de las artes marciales.
“Mis mejores recuerdos de la infancia son esos viajes en familia por todo el país, yendo a competencias, conviviendo con mis papás y mis hermanos”, dijo.
A la edad de 9 años en una exhibición en Pekín, China fue donde sintió la primera inspiración para llegar a ser grande en este deporte.
De niños todos los hermanos López se levantaban a las 5:30 de la mañana a entrenar en el garaje de su casa en el área de Houston antes de ir a la escuela. Lo sobresaliente es que el entrenamiento corría a cargo del padre, un apasionado de los deportes pero que nunca fue entrenador profesional. “Su decisión, su arduo trabajo, su amor por la familia, su pasión por los deportes es lo que nos llevó hasta donde estamos ahora”.
En el año 2008 la familia entera logró un récord histórico, debido a que los tres hermanos menores fueron seleccionados como parte del equipo estadounidense para participar en los Juegos Olímpicos de Pekín, todos bajo la dirección de su hermano mayor Jean.
El debut de Steven López, que hoy tiene 37 años, en unos Juegos Olímpicos fue en el año 2000 en Sydney, Australia, donde consiguió el oro para Estados Unidos. “Estar allí fue una sensación inmensa, que no tengo palabras para describir, un honor tan grande y una satisfacción por ver lo que has logrado con tu esfuerzo, que en ese primer momento lo único que yo sabía es que lo quería volver a repetir”. Y así lo hizo.
En el 2004 volvió a conquistar el oro en Atenas, Grecia, y el bronce en el 2008 en Pekín, China, aunque no tuvo tanta suerte en el 2012 en Londres.
Ahora listo para Río 2016, López está dispuesto como siempre a llegar muy lejos pero sin olvidar de dónde viene. “Nosotros somos una familia convencional, pero igual que todos los latinos somos personas de fe, de sueños, de trabajar duro y de conquistar metas, si todos los inmigrantes como mis padres han llegado aquí con tanto esfuerzo es un hecho que pueden cumplir lo que se propongan”.