En busca de justicia para mujeres argentinas

La abogada y activista argentina Monica Kwaszko, de la zona de El Chaco, Argentina, hizo un alarmante cuadro de la violencia femenina y la pedofilia contra niños de pueblos indígenas en su país, durante una visita a nuestra área.

Aquí está a la espera de conseguir una entrevista con su compatriota, María Perceval, directora de UNICEF para América Latina, para explicarle y comprometerla en la defensa de los niños indígenas de El Chaco.

“Los niños de las etnias indígenas de El Chaco sufren abusos sexuales y sus casos se mantienen impunes en la sociedad y en las cortes. Necesitamos atención urgente,” reclama la abogada Kwaszco. “Muchas niñas son violadas y como son violadas por el ano los médicos diagnostican que el himen no ha sido tocado y por lo tanto no hay violación”.

Por otro lado, Kwaszo explicó que la Argentina pasa una ola de femicidio al que las mujeres y la sociedad le han plantado cara.

“Lo que pasa es que a nivel mundial los niveles de violencia femenina han aumentado, a ellos se suma en mi país la inseguridad, la falta de consideración y respeto a la mujer, y el aumento del consumo de drogas y el alcohol,” afirmó.

Actualmente en Argentina se produce un homicidio contra una mujer cada 21 horas, por si fuera poco, hay un 35% de femicidio con las mujeres o esposas de los miembros de las fuerzas de seguridad o personas retiradas de las fuerzas de seguridad, señaló.

La abogada sostiene que en su país cuando una mujer pone una denuncia muchas veces no se le da curso a la misma, salvo que la mujer aparezca muy desfigurada o ensangrentada.

“Lo malo es que en mi país, como en todo el mundo, no hay una política de prevención, y, desde el poder judicial, se ocupan de estos casos sólo cuando ven el cadáver de la mujer, y cuando ven los huérfanos y la madre de la fallecida reclamar y pedir justicia, y cuando salimos las mujeres en marchas por las calles y plazas, como viene ocurriendo en la actualidad,” acota.

Dice que, en sus 28 años de litigio en las cortes, ha visto que hay mujeres jueces que adoptan una posición machista y perdonan al agresor.

“Lo malo es que muchas mujeres perdonan a su pareja y a la segunda o tercera vez de reincidencia ya no hacen la denuncia porque sencillamente han sido asesinadas,” dice alarmada.

Por otro lado, habló sobre un tipo violencia de género hacia los hombres que se mantiene oculto.

Culpa de esto al hecho que existen mujeres que tienen patologías como la esquizofrenía, la sicosis o la ninfomanía y no se tratan con un médico, y, alega, también puede ser que el varón tenga poco carácter.

“He visto casos en que las mujeres llegan a prenderle fuego a la pareja, de manera que existe violencia en el lado masculino”, dice la activista.

“Al hombre, en general, le da vergüenza admitir que son victimizadas, yo misma, como mujer y abogada, me daba vergüenza decirles a mis amigas, familiares, decirles que son víctima de violencia de género, porque hay el prejuicio de que los trapos sucios se lavan en casa y cuando ya no se pueden lavar, y casi te asesinan, como en mi caso, recién hay que denunciarlos”.

Dice que conforme a su experiencia personal -porque también sufrió agresiones de parte de su esposo, miembro de las fuerzas de seguridad argentinas, la mejor forma de mantenerse vivo o viva, es que otras personas sepan lo que te pasa, pedirle ayuda a tu familia, a tus amistades, a un sacerdote, o acudir a la prensa para que estos casos no se mantengan tapados o “cajoneados” como se dice en la Argentina.