Cubanos en NJ ven con escepticismo regreso de libertades a Cuba
En Union City, el segundo mayor centro de inmigración cubana de los Estados Unidos después de Miami, no hay lugar aún para celebrar la llegada de nuevos tiempos a su país de origen, pese al fallecimiento de Fidel Castro, por la ausencia de elecciones libres y prensa independiente.
La municipalidad local apuró el izamiento de la bandera de Cuba, al anuncio de la muerte del mandamás de Cuba por más de medio siglo, dictador para algunos, revolucionario para otros.
Bien P. Stack, alcalde de la ciudad, fue claro y sin medias tintas en su repudio a la dictadura del enemigo número uno de los Estados Unidos en la América hispana.
“Hoy es un día importante en la historia con la muerte del dictador cubano Fidel Castro. Los Comisionados y yo esperamos que ésta muerte sea el comienzo del fin del opresivo régimen comunista y el nacimiento de una Cuba democrática y libre”, dijo Stack.
El comisionado Lucio Fernández, también de Union City, cree que aún no ha llegado el momento de celebrar completamente, porque no existe prensa libre y el cubano común y corriente no puede expresar sus opiniones políticas con autonomía y libertad en las urnas.
“Cuba no será libre hasta que observen los Derechos Humanos, tengan elecciones verdaderas y el pueblo tenga libertad de expresión”, dijo Fernández, originario de Caraballo, La Habana.
A su vez el senador por Nueva Jersey, Robert “Bob” Menéndez que siempre ha mantenido el pulso firme frente al régimen político liderado por los hermanos Castro apuntó que el fallecido no deja un legado positivo para su pueblo.
“Desde que asumió el poder hace medio siglo, Fidel Castro demostró ser un dictador brutal que siempre debe ser recordado por sus horripilantes abusos contra los derechos humanos, explotación sistémica de los cubanos, represión implacable y la censura sofocante que impuso sobre su propio pueblo”, anotó.
“El legado opresivo de Fidel atormentará al régimen cubano y a nuestro hemisferio por siempre” continuó el senador demócrata “Bajo el dominio de los Castro, los cubanos no han sostenido ni una sola elección libre. Ningún cubano ha sido autorizado a ser dueño de su propia compañía. No se ha permitido organizar un solo sindicato legítimo. Ninguna protesta pacífica ha ocurrido sin ser inmediatamente aplastada brutalmente por el régimen. Esta fue la realidad de Cuba cuando cayó el muro de Berlín y sigue siendo su realidad en el 2016”.
Con Albio Sires, Congresista demócrata por el Distrito 8, se completa la unanimidad de oficiales electos de origen cubano que no rezarán por el alma de Castro, y que esperan la vuelta de la democracia. “Fidel Castro profanó la democracia, oprimió a la gente inocente y encarceló a una nación con sus tácticas totalitarias, y su muerte necesita servir como un nuevo amanecer para el pueblo cubano que anhela la libertad” dijo Sires en una declaración.
“El pueblo cubano merece vivir en una sociedad donde tiene la libertad de acceder a la información, de organizarse, de adorar y de hablar lo que es En su mente sin temor a ser arrojado a los gulags”
Ahora hay un compás de espera a la aplicación de las políticas frente a Cuba que propondrá el nuevo presidente Donald Trump, que todo indica revisará parte o todo el proceso de reanudación de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, en las postrimerías del gobierno del presidente Barack Obama.
Por su parte, Israel Abreu, quien cumplió catorce años de prisión en cárceles cubanas y que preside el Comité de Ayuda a los Activistas de Derechos Humanos, afirmó que “no nos alegramos por la muerte de una persona, pero sí por la de un tirano porque, por culpa de él, el pueblo ha estado dividido, miles han sido fusilados, otros ha muerto, hay millones de refugiados”,
Abreu tiene esperanzas de que con Raúl Castro al frente del país desde 2008, habrá cambios para Cuba, de la que salió en 1979. “Creo que habrá algún cambio, pero no como uno quisiera”, porque considera que “Raúl no es un líder, a él le tocó estar ahí, a él no le gusta. Es más pragmático que Fidel”, afirmó Abreu.
Sin embargo, su amigo Aurelio Candelario, que cumplió 18 años de prisión y que también celebraba la muerte de Castro, no se expresa tan confiado en que hayan los cambios que esperan y por los que ha luchado desde la distancia.
Con la muerte de Fidel, “uno menos”, fue la primera reacción de Candelario. “No estamos aquí celebrado la muerte de nadie, sino dando un homenaje a las víctimas de ese señor, que mató tanta gente en Cuba”, dijo.