Política migratoria agrava falta de trabajadores en construcción
Francisco Miraval / EFE
La dinámica política establecida por el Gobierno de Donald Trump en materia migratoria ha venido a agravar la escasez de mano de obra en una industria clave como el de la construcción, según dirigentes nacionales del sector.
El problema no es nuevo, pues hace ya dos décadas, en 1998, un reporte de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (NAHB) señalaba a la “falta de disponibilidad de trabajadores” como el tema más crítico de aquel año para la industria de la construcción, debido a las “restricciones al crecimiento y aumento de costos” causados por esa situación.
No obstante, ahora, debido a los vaivenes políticos, los cambios demográficos e incluso el impacto de la más reciente recesión económica, el problema se ha acentuado, porque los jóvenes que antes seguían la ocupación de sus padres ya no lo hacen, los operarios despedidos durante la recesión no regresaron a la construcción y los inmigrantes antes disponibles ya no lo están.
Además, la construcción creció un 81 % a nivel nacional durante los últimos dos años, según la Encuesta de Vacantes Laborales publicada en febrero pasado por el Buró de Estadísticas Laborales (BLS); lo que significa, según la misma fuente, que en todo el país faltan 225.000 trabajadores para llenar todos los puestos de construcción ahora disponibles.
Y con el desempleo entre los trabajadores de la construcción del país de sólo el 4,5 %, el más bajo desde 1969 y el mismo índice que provocó la crisis en 1998, según NAHB, no solamente no se vislumbran soluciones inmediatas, sino que la situación empeoraría durante la próxima década, según proyecciones de BLS, cuando muchos de los actuales trabajadores se jubilen.
Ya en la actualidad, la mayoría (56 %) de las empresas de construcción carecen de trabajadores necesarios, según BLS, y el problema se profundiza entre los subcontratistas, donde la falta de trabajadores afecta al 78 % de las compañías.
Según indicó Elizabeth Thompson, directora de relaciones con los medios de NAHB, se necesita una “reforma inmigratoria comprehensiva que, a la vez que ofrezca seguridad, ayude a que los constructores de viviendas cuenten con los trabajadores necesarios”.
“La industria de la construcción de viviendas, con la contribución de una sustancial fuerza laboral inmigrante, desempeña una función crítica para la economía nacional y para satisfacer la demanda nacional de viviendas”, puntualizó la portavoz en su respuesta.
Una reciente encuesta de NAHB, reveló que la carencia de operarios afecta a todos los niveles del sector de la construcción residencial, incluyendo la falta de carpinteros, instaladores de marcos, fontaneros, personal de mantenimiento, obreros no calificados y especialistas en climatización de viviendas. Esa situación “impide la construcción de viviendas y la recuperación económica”, sostuvo Thompson.
Datos provistos por NAHB revelan que unos 2,3 millones de inmigrantes trabajan en la construcción, junto con unos 7,7 millones de personas no inmigrantes.
Así, mientras que el número de trabajadores inmigrantes creció hasta 2015 (año más reciente con datos completos), el de trabajadores no inmigrantes desciende año tras año desde 2007.
Según un cuestionario hecho por NAHB con datos de 2013, el 83 % de los inmigrantes que trabajan en construcción provienen de América Latina, principalmente de México.
Por eso, a la vez que NAHB se opone a la inmigración de indocumentados y que pide la protección de las fronteras estadounidenses, también pide la creación de “un programa eficiente para trabajadores temporales extranjeros que permita reclutar a trabajadores inmigrantes legales cuando no existe suficiente mano de obra local disponible”.