Continuidad de DACA deja agridulce sabor a “soñadores”
La cancelación del amparo migratorio a los padres indocumentados de hijos con ciudadanía o residencia (DAPA) tiene a familias divididas entre la esperanza por los hijos que mantienen la Acción Diferida (DACA) y la incertidumbre por sus progenitores que han quedado desprotegidos.
“Como comunidad no nos podemos confiar en las promesas de políticos como Trump, debemos de seguir luchando por lograr un alivio migratorio permanente, pues del ‘dicho al hecho hay mucho trecho’ y no nos podemos conformar”, dijo Dulce Matuz, cofundadora de la Coalición del Acta Sueño en Arizona.
La activista dijo que los “soñadores” no se pueden confiar y deben de seguir empujando y luchando por una reforma en el Congreso.
“Hemos visto casos de ‘soñadores’ que han sido detenidos y deportados por la administración Trump que se encuentran amparados bajo DACA, por eso no podemos ser conformistas y decir que estamos a salvo”, dijo la activista.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anuncio que los beneficiados de DACA, podrán seguir tramitando la extensión de dos años más de esa protección migratoria.
Hasta el momento cerca de 800.000 jóvenes se encuentran amparados bajo DACA, el cual les otorgar un permiso de trabajo y de residencia, lo que les protege de la deportación.
Sin embargo, la administración del presidente Donald Trump también anuncio que rescinde el alivio migratorio para los padres de estos jóvenes y de los que tienen ciudadanía (DAPA).
“Es un sentimiento agridulce, por un lado el alivio de saber que el programa de DACA sigue, pero por otra parte de gran preocupación ya que nuestros padres más que nunca corren riesgo de ser deportados”, dijo la “dreamer” Rosalba Luna, estudiante de biología.
Aunque el programa de DAPA nunca fue implementado debido a una demanda colectiva presentada por 26 estados encabezados por Texas frenó este alivio migratorio en las cortes, para muchas familias como la de Luna todavía había una “pequeña esperanza”.
Su madre llegó al país proveniente de Sonora (México) hace 22 años, nunca ha tenido problemas con la ley y siempre ha trabajado para mantener a sus hijos.
“Bajo la administración Obama sabía que mi madre no era prioridad para la deportación, ahora temo que si es detenida por una infracción de tráfico pueda terminar en un centro de detenciones”, dijo.
La joven asegura que DACA le “cambió la vida”, pues gracias a este programa pudo obtener un número de Seguro Social y un permiso de trabajo para poder seguir con sus estudios y trabajar para ayudar económicamente a su familia.
“Gracias a DACA también tengo una licencia de conducir. Finalmente tengo una identidad en este país”, dijo.
La joven reconoció que a pesar de las declaraciones de la administración Trump de que el programa de DACA por el momento se encuentra a salvo, no se siente segura. “Siento que de un momento a otro Trump puede cambiar de opinión”, dijo.
Por su parte, César Vargas, co director de Dream Action Coalition, dijo en un comunicado de prensa que la cancelación de DAPA y la ampliación de DACA para que más jóvenes pudieran quedar amparados no es una sorpresa, pero que los “soñadores” continuarán luchando por sus familias.
“Esta decisión bloquea un necesario alivio migratorio para nuestras familias que se encuentran vulnerables ante la maquinaria de deportación de Trump. Sin embargo no dejaremos que el presidente Trump separe nuestras familias y continuaremos luchado por los 11 millones de indocumentados hasta que logremos un alivio legislativo permanente”, enfatizó.
Por su parte, Matuz está convencida que más que nunca la comunidad debe mantenerse informada de sus derechos y que aquellos jóvenes que cumplen con los requisitos de DACA sigan aplicando a este beneficio.