Megarexia, el mal de los “gorditos felices”

Cristina Sánchez Reyes / EFEUSA

Sufrir de obesidad pero percibirse sano y delgado es la principal característica de la megarexia, un desorden alimenticio que afecta a 8 de cada 10 personas obesas en el mundo y puede derivar en diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.

“Ellos son conocidos como gorditos felices o satisfechos que se niegan a aceptar su condición física”, explica Dunia De Martini Romero, jefe del departamento clínico del Hospital de Psiquiatría Héctor Tovar Acosta del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

De acuerdo con un estudio realizado por la American Pshychiatric Association, 85 % de las personas obesas en el mundo sufren de este trastorno y por cada anoréxico que se tiene registrado hay por lo menos 10 megaréxicos.

Mirarse en los espejos de cuerpo completo, desconocer su peso, utilizar prendas holgadas que escondan el cuerpo, asegurar que todo les queda grande, enfadarse cuando alguien se refiere a su alimentación o creer que las básculas están descompuestas son algunos de los síntomas relacionados a este trastorno.

Esto, dice la especialista, conlleva a que estas personas no cuiden su alimentación y pongan en peligro su salud “al no percibir su obesidad, siguen comiendo sin controlarse, tienen tendencia a comer comida chatarra, lo que no favorece su salud”.

La megarexia, detalla, afecta a mujeres y hombres, aunque predomina en las primeras cuando están entre la segunda y tercera décadas de vida; no tiene causa específica, si bien influyen factores ambientales, psicológicos y parte de la autoestima.

“Es un trastorno considerado contrario a la anorexia”, añade la doctora.

Los megaréxicos se caracterizan por comer sin preocupación, sus alimentos suelen no ser nutritivos, y ese déficit de nutrientes provoca una alteración en la bioquímica del cerebro, por lo que no son conscientes de que padecen una enfermedad.

Este padecimiento es de reciente descubrimiento, y fue catalogado como un desorden alimenticio apenas en 2009. “El problema es que, al no estar conscientes de su condición física, estas personas desarrollan problemas de salud relacionados con la obesidad”, detalla De Martini.

De acuerdo con De Martini, en la mayoría los pacientes con esta enfermedad abandonan la terapia de tratamiento debido a su negación, por lo que es importante el apoyo de la familia y seres queridos para atender este problema.

La especialista recomienda cambiar la idea de que el niño gordito es sano, “porque desde esa etapa se transmite la negación al sobrepeso”, y concienciar sobre “la importancia de tener un peso ideal”.