“No puedo votar, pero mi hija sí”

Kleibeel Marcano / Reporte Hispano

Sara Madeira votó por primera vez en las elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre. El temor a la retórica antimigrante del entonces candidato Donald Trump fue el principal motivo para participar en los comicios. Este año, 2017, la joven de 23 años votó por segunda vez en las elecciones primarias para elegir el candidato a la gobernación de Nueva Jersey. Sara confiesa que a pesar de no sentirse muy interesada por la política, detrás de ella hay una persona que la impulsa a participar en las elecciones y el activismo comunitario, su madre: Rossana Madeira.

 

Rossana, oriunda de México, aprendió hace cinco años que no se puede permanecer callado, en la sombras, con temor a demandar sus derechos, por el simple hecho de ser indocumentado. Ella sabe que no puede votar, pero comprende muy bien que si puede influenciar a sus familiares, amigos y a otros inmigrantes que tienen el derecho al voto, a participar en las elecciones.

 

Rossana y su esposo, Wellington Madeira, oriundo de Brasil, viven en Estados Unidos desde 1989. La ciudad de Elizabeth, en el condado de Unión, ha sido su casa. Cuando llegaron a este país la situación para los inmigrantes indocumentados era menos represiva. Abundaban los trabajos y podían obtener licencias de manejar. Wellington durante 20 años se dedicó a trabajar como conductor de limosinas en la ciudad de Nueva York. Sus ingresos le permitía a su familia tener una vida sencilla pero sin necesidades.

 

Pero cinco años atrás todo cambio. Wellington no pudo renovar su licencia de conducir por las restricciones a los indocumentados. Perdió el trabajo y así comenzaron las necesidades económicas de su familia, al punto de quedar sin vivienda por no poder pagar el alquiler y tener que mudarse a vivir temporalmente en casas de parientes y amistades.

 

Fue así como Rossana comprendió que si los indocumentados no alzan su voz y participan para reclamar sus derechos, ningún político va a tomarlos en consideración. De allí que comenzó a involucrase en su comunidad y se unió a la organización Se Hace Camino NJ (Make the Road, NJ). Junto a esta organización ha participado en diferentes campañas, iniciativas y protestas para reclamar los derechos de la comunidad inmigrante.

 

“Aunque no tengamos papeles, los inmigrantes indocumentados pagamos impuestos y aportamos con nuestro trabajo a este país. Es justo que se nos respeten nuestros derechos”, argumenta Rossana.

 

A través de su activismo comunitario la mexicana logró que sus dos hijas nacidas en Estados Unidos, Sara y Esther, de 16 años, se interesen en las elecciones.

“Para mi es muy importante que se elija a un gobernador que tome en cuenta los problemas de la comunidad inmigrante”, dice Sara, quien está lista para votar por tercera vez el próximo mes de noviembre en las elecciones para el nuevo gobernador del Estado.

 

La joven señala que apoya al candidato demócrata para la gobernación, Phil Murphy, quien ha manifestado públicamente y en reuniones con organizaciones pro inmigrantes su apoyo a las ciudades santuarios, las licencias de conducir para los inmigrantes indocumentados, el incremento del salario a $15 la hora, las identificaciones municipales, políticas contra el robo de salario y el abuso laboral, ayuda financiera estatal para todos los jóvenes que quieran estudiar en la universidad y colegios comunitarios del estado, sin importar su estatus migratorio, entre otras medidas que beneficiaría a la comunidad inmigrante del estado.

 

Pese a que el compañero de fórmula de la candidata republicana Kim Guadagno para vicegobernador es un hispano, el alcalde Carlos Rendo, Sara y su madre no apoyan a Guadagno, por considerar que la candidata y actual vicegobernadora será una continuación del gobierno de Chris Christie, de quien opinan no ha hecho nada por los inmigrantes. Del alcalde Rendo dicen no conocer su trayectoria ni sus propuestas.

 

Rossana ha logrado motivar a su hija a que participe en los comicios electorales, y espera ansiosa poder algún día votar en las elecciones de este país luego de que logre regularizar su situación migratoria. Pero su entusiasmo no ha contagiado a su esposo, quien se mantiene reacio a la política.

 

“Yo todo lo que he logrado ha sido con mi trabajo y con la ayuda de Dios, a mi nadie me ha dado nada, si no trabajo no comemos”, afirma Wellington Madeira, quien agrega que en cada elección los políticos dicen que van ayudar a los inmigrantes indocumentados y luego que están en el gobierno no hacen nada por ellos. “No es justo que en 28 años viviendo en este país, trabajando y pagando impuestos, no sea sino hasta ahora que vamos a poder tener documentos porque nuestra hija nos está pidiendo ante inmigración. Yo no tengo tiempo para la política, tengo que trabajar para ganar los centavos”.

 

Pese a su apatía y descontento hacia los políticos, Wellington no le molesta que su esposa y su hija traten de lograr cambios a través del activismo comunitario y el voto.

 

 

 

 

 

*Esta nota fue producida como parte del proyecto Voting Block en Nueva Jersey, un proyecto estatal cooperativo cuyo objetivo es fomentar la discusión política y votantes más informados en los vecindarios de Nueva Jersey antes de las elecciones para gobernador de este otoño. Voting Block es financiado por la Fundación Geraldine R. Dodge.