Los “soñadores” corren el riesgo de sufrir duros efectos psicológicos

La suspensión de la Acción Diferida (DACA) dejará un daño psicológico a corto y largo plazo a unos jóvenes indocumentados que podrían experimentar tristeza, frustración, enojo y depresión al sentirse rechazados por un país que consideran como suyo, dijeron expertos en psicología.

“Esta decisión va a tener un efecto sumamente negativo en los jóvenes indocumentados en todo el país”, dijo Antonio E. Puente, presidente de la Asociación Americana de Psicología (APA, por su sigla en inglés).

Puente dice entender muy bien el sufrimiento que viven los más de 800.000 jóvenes indocumentados amparados bajo DACA, después de que la Administración del presidente Donald Trump anunciara el final de este programa y diera seis meses al Congreso para buscar una solución permanente para los “soñadores”.

“Sacar a estos jóvenes de un país que ellos conocen como propio para regresarlos al lugar donde nacieron y que ni siquiera conocen va a tener un impacto emocional, social y físico en el desarrollo de estos muchachos”, dijo el especialista, que en el pasado vivió en carne propia el ser un “sin papeles”.

“Impactará en su salud mental y quizás van a enfrentar riesgos mayores, porque podrían regresar a un país donde hay violencia y no van a entender la situación en la que entrarían”, advirtió Puente.

El efecto psicológico de perder el amparo migratorio que suponía DACA podría observarse tanto a corto como a largo plazo, aunque algunos síntomas ya afectan a los “soñadores”, aseguran otros especialistas en salud mental.

“Por lo general, estamos hablando de gente joven cuya percepción de pertenencia ha sido afectada. La pertenencia es un sentido emocional que todos necesitamos para avanzar”, explicó Elena Parra, psicóloga en la ciudad de Tucson, en Arizona.

“Los jóvenes ‘soñadores’ han desarrollado un concepto que los hace únicos, el de pertenecer a este país sin importar su estatus migratorio”, matizó.

También la psicóloga indicó que los “soñadores” ya están experimentando incredulidad, una etapa marcada por sentimientos de ansiedad y coraje.

“Tienen miedo y se preguntan ‘¿Por qué (me pasa esto)?’ si han estado aquí tanto tiempo”, ejemplificó Parra.

La segunda fase es de depresión y dolor, que podría durar mucho tiempo, especialmente si al expirar sus permisos de trabajo no cuentan con ninguna otra protección migratoria, sentimientos que entonces podrían durar meses o quizás años.

La psicóloga indicó que cada persona, al ser diferente, procesará la noticia de acuerdo con su fortaleza mental, y también todo dependerá en gran medida del apoyo que los jóvenes reciban de su familia y sus comunidades.

“En las próximas semanas, los ‘dreamers’ podrían experimentar mucha inquietud, preocupación excesiva, de búsqueda, de tratar de mantener lo que se está perdiendo, una sensación tremenda de impotencia que les afecta su autoestima”, vaticinó la psicóloga.

“En esta etapa el coraje se intensifica. La respuesta emocional son los sentimientos asociados con la depresión”, apuntó.

Otros afectados podrían presentar síntomas físicos, como sensación de falta de aire, dolor en el pecho o síntomas relacionados con ataques de pánico.

En 2011, el joven indocumentado Joaquín Luna se suicidó en Texas después de que fracasaran los intentos legislativos para aprobar una salida legal para quienes llegaron a Estados Unidos de la mano de sus padres cuando eran unos niños.

Luna se convirtió en un paradigma del movimiento de los “soñadores”.

La psicóloga explicó que, en casos extremos, los “soñadores” podrían experimentar comportamientos destructivos como buscar “refugio” en las drogas y/o el alcohol, especialmente si existen detrás factores sociales y familiares que los hacen más vulnerables.

Por esto mismo, los psicólogos recomiendan que si algunos de estos jóvenes experimentan sentimientos y emociones que no pueden controlar busquen la ayuda profesional.

“Los soñadores deben buscar grupos de apoyo, darles un sentido de poder sobre sus vidas, proveerles la oportunidad de contar sus historias, validar sus pensamientos y sentimientos, llorar y tener coraje es algo aceptable, lo importante es no caer en comportamientos destructivos”, aseguró.

Para intentar atajar estas situaciones, diversas organizaciones que trabajan con los “soñadores” se preparan para ofrecer también apoyo emocional a los jóvenes indocumentados.