De presos a reverendos cristianos
José Castro, Candido Ortiz y Jerlon Santana estuvieron presos durante años por delitos relacionados a drogas. En la cárceles del país vivieron y fueron testigos de hechos horribles. Soledad, tristeza, rencor, angustia, temor, rabia y dolor eran sentimientos constantes dentro de las celdas. Pero estos tres hispanos experimentaron algo en común que les permitió sobreponerse a todas las vicisitudes de la prisión y cambiar el rumbo de sus vidas: los tres conocieron Dios.
Ahora que son hombres libres, que ha pagado las penas que les impuso la sociedad por sus delitos, estos tres hispanos se han encomendado a la misión de ayudar a otras personas sumidas en las drogas a salir de este vicio.
Para ello Castros, Ortiz y Santana se han ordenado recientemente como Reverendo del Ministerio El Sol Sale para Todos Internacional, con sede en Jersey City.
Este ministerio cristiano, abierto a todas las tendencias del cristianismo, desde católicos hasta protestantes, se enfoca en trabajar con presos y personas que han salido de la cárcel para que puedan reintegrarse en la sociedad de manera exitosa.
El reverendo Bolívar Flores, director del ministerio fundado dentro de una prisión en el 2016 y certificado por el estado de Nueva Jersey en Junio del 2017, afirma que desde el ministerio prestan a las personas recién salidas de las cárceles servicios de consejería de alcohol y drogas, notaria, referidos a servicios sociales, servicios de barbería, asesoría de inmigración, proveen ropa y muebles, ayuda en la búsqueda de trabajo, apoyo espiritual y educativo, entre otros.
Los tres nuevos reverendos se dedicarán a recorrer durante las noches las calles de diferentes ciudades para dar ayuda a los adictos a la heroína y la cocaína. Les brindarán agua y leche para tratar de reducir los efectos de las drogas y proveerán consuelo espiritual, afirma Bolívar Flores.
Los nuevos reverendo planean predicar con su ejemplo de vida.
José Castro, oriundo de Perú, afirma que cayó en el mundo de las drogas por necesidades económicas. Trabajaba como taxista en Nueva Jersey, pero sus ingresos no le alcanzaba para los gastos de su hogar. Detrás del volante, conoció gente que se dedicaban a las drogas y que le ofrecieron una vía de obtener dinero fácil y rápido. Así comenzó a traficar estupefacientes hasta que fue arrestado y condenado a tres años de cárcel. “Aprendí que el dinero fácil no te lleva a nada bueno”, afirma Castro.
Castro asegura que ahora, desde que se dedicó a aprender y predicar su fe religiosa, le va mejor que cuando traficaba. “Tengo mayores oportunidades y gano mi dinero de manera honrada con mi trabajo”.
Jerlon Santana luego de llegar de Republica Dominicana en el 2002 a este país tenía el sueño de crear fortuna. Trabajó en una bodega en Jersey City en donde comenzó a traficar con drogas. En el 2004 fue detenido y condenado a 18 meses. Luego de salir de prisión volvió al mundo de las drogas y fue detenido nuevamente en el 2010.
Esta vez en la cárcel se refugio en la fe cristiana y logró enderezar su vida, al punto de convertirse en un predicador. Con el apoyo de su familia que siempre ha estado a su lado, Santana ha decidido encomendarse a ayudar a otros para que eviten cometer los errores en que él cayo.
Por su parte, Cándido Ortiz afirma que su fe cristiana le permitió sobrevivir 26 años, 9 meses y 5 días preso en diferentes cárceles federales de máxima seguridad en todo el país. “Las cosas más horribles tu las ves y la vives en las cárceles”, señala Ortiz.
Ortis, oriundo de República Dominicana, llegó muy joven a EEUU. Su deseo de tener dinero rápido lo llevó al mundo de las drogas, donde se convirtió en uno de los grandes narcos, acumulando mucha riqueza. Por su alto eslabón en la cadena del narcotráfico, al ser detenido y enjuiciado fue condenado a 50 años de cárcel.
Luego de sus primeros años muy violentos en prisión, Ortiz comenzó a cambiar a medida en que se envolvía más en su fe cristiana. “Dios fue quien me protegió de la muerte y me permitió sobrevivir en la cárcel” afirma.
En la cárcel fundo la Sociedad de los Neutrales, en la cual los presos se ayudaban mutuamente a alejarse de las bandas internas. Obtuvo 72 títulos de estudios vocacionales, y llegó a convertirse en jefe de cocineros en varias penitenciarías.
Su comportamiento y labor dentro de la cárcel le permitió ser indultado por le presidente Obama en el 2016.
Agradecido infinitamente por esta nueva oportunidad en su vida, Candido Ortiz ahora se dedica a través de su fe religiosa a predicar con su testimonio para que otros eviten padecer lo que él vivió. El ministerio se puede contactar al teléfono 551-255-5500.