Salvadoreños celebran sus Pupusas en West New York

Era un festival acerca de quien hace más rápido la pupusa, el bocadillo tradicional salvadoreño, pero en el camino se hicieron presentes la riguas, a base de elote y envuelta en hoja de plátano, una delicia de la comida indígena, y los refrescos de distinto sabor y color de éste país centroamericano.

 

Además los panes rellenos, con pollo horneado, huevo, lechuga y encurtido.

 

 

El festival de la pupusa, con una cortina musical que llevó a decenas de artistas a la tarima, tuvo como ganador a Alex (quien no quiso dar su apellido), con el record de seis pupusas preparadas en tres minutos.

 

Se prepararon 600 libras de pupusas, unas 2,400 porciones, para el público que fue en afán de añoranza, y no faltaron, bien escondidas, las “frías”.

 

Los nativos aparcaron a un lado las preocupaciones del TPS y del DACA para saborear la comida típica y disfrutar, entre una y una, La Chanchona, un estilo musical que popularizó Tito Mira.

 

“Me siento bien de estar acá, es la misma gente nuestra disfrutando de la música, de nuestra comida” dice Antonio Duarte originario de Morazán

 

Edward Medina, de San Salvador, casado con boliviana, es atraído por la comida y el compartir con los compatriotas. “Si, mi esposa ya cocina nuestros platillos, lo primero que le gustó fueron los plátanos con crema, y mis niños comen boliviano y salvadoreño. Allí vamos”

 

Todo ello en el séptimo festival anual de La Pupusa que, según Víctor Domínguez, del comité organizador, llevó el domingo a 4,400 “guanacos” con sus hijos, a la ciudad de West New York, en el Condado de Hudson, lugar de la celebración.

 

“Hubo una buena respuesta del pueblo salvadoreño, a los 4,400 asistentes hay que agregarles los hijos yo diría que entraron cerca de 6,000 personas, pero solamente aportaron los padres” dice Domínguez

Para ingresar al evento se cobraba un dólar por persona. La mitad de lo recaudado, $,2,230, fue entregado a la fundación salvadoreña Fundemac, para que sea invertido en un programa de becas escolares, conforme a una tradición del festival: entregar parte de la recaudación para ayudar a los niños de su país.

 

Manuel Argueta, técnico de Fundemac, estuvo presente en Nueva Jersey para recibir el donativo.

 

“Nuestra institución tiene 12 años, comenzamos con ayuda de la cooperación española, pero ahora nos solventamos con contribuciones y actividades. Nos ocupamos de darles becas a niños y niñas, para alimentos y utiles escolares de zonas rurales del departamento de Morazán. También tenemos un programa que les proporciona el transporte hasta la escuela,” dice Argueta.