Mes Morado en Nueva Jersey
El culto al Señor de Los Milagros, que empezó entre los esclavos afro-peruanos en el siglo pasado, ha consolidado su presencia en Nueva Jersey y Estados Unidos desde que en Paterson, hace 36 años, unas pocas personas sacaron en andas la imagen.
Uno de los que recuerda esos tiempos es Juan Valencia, que ahora vive en Florida, cuando acompañó, junto con 30 personas, el primer recorrido del “Cristo Morado” (cuyo color fue impuesto por mujeres nazarenas), por cuatro cuadras y regresaron rápidamente a la Catedral de Paterson.
Aquella vez, recuerda, el anda con la imagen salió de la Catedral de Paterson hacia la Grand Street, dobló por la Marshall St., bajó por la Ward St., rodeando la penitencieria local y regresó a la iglesia donde se guardó la imagen hasta el siguiente año.
“Ni siquiera entramos al Downtown como ahora” dice Valencia, mientras presencia la llegada de la procesión a la municipalidad de Paterson, donde la recibe la presidente del concilio, la dama peruana-puertorriqueña Maritza Dávila, vestida con un traje morado, el color que usualmente usan los devotos.
“Esta es la segunda vez que hemos recibido al Señor de Los Milagros en la ciudad de Paterson. Hoy le pedimos paz y salud” dijo la Concejal Davila a los presentes “soy hija de la comunidad, les pido que siempre oren por mi”.
Hoy la procesión tiene carta de ciudadanía, es recibida en la municipalidad por una concejal de ascendencia peruana, atraviesa la calle Market bajo la sombra de “Peru Square” una sección de cuatro cuadras de negocios peruanos, y convoca a nacionales de Nueva Jersey y otros estados a su culto.
“Es impresionante la estabilidad de nuestra cultura en Paterson, no solamente la procesión de hoy, también, como me dice mi hermana, la de San Martín de Porres,” se despide Valencia, mientras se pierde entre la multitud.
Una de las devotas, María Sánchez, con domicilio en Garfield, es una inmigrante reciente, llegó en el año 2013, y asistir a la procesión le recuerda lo que dejó atrás. Además es el mes de su cumpleaños.
“Octubre es el mes morado para nosotros, es un mes muy significativo porque nos recuerda al Señor. No puedo faltar porque es (señal) del fervor religioso con el que uno crece y quiere seguir cultivando,” dice la peruana, quien asiste a todas las procesiones para cumplir una promesa.
El anda sobrepasa las 1,800 libras de peso y la cargan trabajosamente 32 hombres adultos vestidos de capa morada con un cordón blanco que pende del cuello. Las mujeres cantan y queman incienso en recipientes, sahumadoras las llaman.
Caminando y vigilando que se cumplan los turnos de los cargadores, el presidente de la hemandad, Jorge Alva, se detiene y declara entusiasmado: “Es grandioso que a los 36 años de haber comenzado nuestro culto, hoy se nos han unidos otras nacionalidades y peruanos de otros estados, vienen desde Florida, Connecticut, Nueva York, Virginia”
Se congratula que la fe en el “Señor de Los Milagros” se trasmita de padres a hijos y entre los latinos.
Mientras la procesión se aleja con sus hermanos que cargan las andas y el grupo de cantoras y sahumadoras, unos 60 en total, seguidas de una marea de personas vestidas de morado, Juan Paulino, residente local, recuerda que no solamente hay una sola procesión.
“Esto es tan grande que recién, en agosto pasado, hubo un I Congreso de Hermandades Del Señor de los Milagros en la catedral de Paterson (asistieron 14 hermandades N.R.). Llegaron de todo Nueva Jersey, Nueva York y otros estados. Ya ve todos queremos honrar al Cristo Moreno y sacarlo en andas,” finaliza.