Limpiadora “sin papeles” no se arrepiente de denunciar a Trump

Victorina Morales, la limpiadora indocumentada que desveló trabajar para el club de golf del presidente estadounidense, Donald Trump, en Nueva Jersey, aseguró que no se arrepiente de haber denunciado que una de sus empresas emplea a “sin papeles”.

“La verdad es que estoy triste, me siento mal. Mucha gente me señala ahora. Pero no me arrepiento de lo que hice”, dijo Morales, una guatemalteca de 45 años, al rotativo New York Times que ayer hizo públicas las denuncias de la trabajadora.

El Times desveló que el club de golf de Donald Trump en Bedminster (New Jersey) empleaba a trabajadores indocumentados que, entre otras tareas, limpiaban la casa del magnate, su baño privado o la ropa interior de la familia presidencial.

Victorina Morales emigró de Guatemala en 1999 y consiguió papeles de forma ilegal para permanecer en EE.UU. y seguir trabajando, de acuerdo con su testimonio.

Tras una primera estancia en California, se mudó a Bound Brool, New Jersey, donde en 2013 conseguiría un puesto como limpiadora en el club de golf del empresario.

Trump siempre aseguró que nunca había tenido a inmigrantes ilegales en nómina, algo de lo que hizo gala en su campaña presidencial y posteriormente en el cargo, cuando endureció las condiciones para emitir visados a trabajadores extranjeros para potenciar la contratación local.

Morales oficialmente sigue trabajando para el club, donde empezó a prestar servicios en 2013, aunque cree que es mejor no volver por allí, ya que considera es muy probable que sea despedida de inmediato.

La Organización Trump, el grupo empresarial del presidente estadounidense, afirmó en un comunicado tras hacerse pública la historia que de descubrirse que uno de sus empleados estaba contratado en situación irregular, sería “inmediatamente despedido”.

El reportaje ha puesto en el ojo del huracán a Morales y a otra exlimpiadora del magnate, Sandra Díaz, cuyo abogado, Aníbal Romero, está ya trabajando para evitar posibles represalias legales contra ambas.

De llevarse a cabo una investigación federal, Morales y otros trabajadores irregulares del club de golf podrían recibir visados especiales como víctimas de crimen o de tráfico de personas, así como por tratarse de testigos.

Las víctimas no podrían ser encausadas como criminales, sino que sería la empresa la responsable.

Díaz, cuya residencia en EEUU es regular, estaría más protegida legalmente que Morales, que carece de documentación aunque ha solicitado formalmente el asilo al Gobierno estadounidense.

Sin embargo, a pesar de tener una cita para el próximo día 17 para revisar su solicitud de asilo, su abogado ha requerido que sea pospuesta debido a la publicidad que Morales ha recibido una vez se ha desvelado su situación.

“Necesitamos más tiempo. Expertos y psicólogos serán requeridos para este caso. Ahora ella es una figura pública en los Estados Unidos. Eso la pone todavía en más peligro que antes si volviera a Guatemala “, aseguró su abogado al rotativo neoyorquino.

Ahora mismo, Morales asegura no estar segura de qué hará a continuación, aunque continuará con su segundo trabajo como limpiadora de oficinas por la noche, con el que desea seguir.