La violencia a los asiáticos-americanos pudiera persistir en la próxima década
Kleibéel Marcano / Reporte Hispano
Desde el inicio de la pandemia del COVID-19 la discriminación, agresiones y violencia contra la comunidad asiático-americana se han incrementado a causa de las declaraciones de líderes electos que responsabilizan a China como el responsable de la propagación de la enfermedad. Durante una teleconferencia organizada por Ethnic Media Services, líderes de la comunidad asiática consideran que el sentimiento anti- asiático se mantendrá vigente en los próximos diez años.
La abogada Manjusha Kulkarni, Directora Ejecutiva de la organización asiática AP3CON, afirmó que en las últimas 29 semanas su organización ha reportado cerca de 2,700 incidentes de odio, crímenes y discriminación contra la comunidad asiática americana en 46 estados y el distrito de Columbia. El 56% de estos incidentes ocurrieron en California y Nueva York, por ser los estados con grandes poblaciones de asiáticos-americanos. Las mujeres asiáticas han sido victimas 2.3 veces más que los hombres y el 7% de las víctimas son mayores de 60 años.
Kulkarni teme que estos niveles de violencia hacia la población asiática se mantengan en los próximos diez años, si se toma como referencia que a casi 20 años del ataque del 9/11 aun persiste el sentimiento anti musulmán-árabe, que no sólo se refleja con agresiones y discriminación hacia esta población, sino también en políticas del gobierno como la prohibición de entra al país de personas provenientes de países árabes.
“Los ataques del 9/11 dejaron 3,000 personas muertas. La pandemia ya ha matado a más de 210,000 personas en Estados Unidos, creemos que la violencia hacia la comunidad asiática durará por lo menos una década”, argumentó la abogada.
En las estadísticas reportadas por AP3CON se señala que las principales víctimas de los incidentes de odio son los chinos (40.8%), seguido por los coreanos (15.4%). La mayoría de los incidentes ocurren en negocios (38.6%), en las calles (21%), parques (11.1%), Internet (10.4%), casas privadas (9.5%), transporte público (9.2%) y en las escuelas (3,6%).
Las palabras importan
John Yang, Director Ejecutivo de la organización Asian Americans Advancing Justice (AAJC), resaltó que las palabras de los líderes electos tienen consecuencias importantes, especialmente las del presidente.
“Cuando el presidente dice que la culpa de la pandemia es del ‘virus chino’, ‘kung flu’, la ‘plaga china’, esto tiene un efecto directo en toda la comunidad asiática-americana, no sólo en los chinos… las palabras importan, causan problemas, miedo, daño físico a la comunidad”, aseguro Yang.
Además de las acusaciones sobre la pandemia, la tensión económica con China desde el inicio del gobierno de presidente Trump, que ha llevado a una guerra de aranceles comerciales entre las dos economías más grande del mundo, ha incentivado las agresiones contra los asiáticos americanos.
Yang explica que históricamente la noción de considerar a la comunidad asiática del país como una amenaza a la seguridad nacional no es nueva.
Refiere a las diferentes políticas contra esta comunidad que ha tomado en indiferentes épocas el gobierno de Estados Unidos, entre ellas la Ley de Exclusión de los Chinos en 1892, después de que miles de trabajadores chinos ayudarán en la construcción del tren transcontinental; la encarcelación en campos de concentración de la comunidad japonesa-americana durante la segunda guerra mundial, bajo sospecha de ser leales al emperador japonés; y las medidas contra la comunidad del sur de Asia, así como la de los países árabes, luego de los ataques del 9/11 por sospechas de terrorismo.
El representante de AAJC señala además que se ha usado a la comunidad asiático-americana como una “herramienta racista” contra otras comunidades inmigrantes como la hispana, al calificarla como una “comunidad modelo que está sobre representada en las profesiones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)”, y para señalar que “la sociedad ha superado el racismo”, lo cual no es cierto.
Qué se puede hacer
Para contrarrestar el sentimiento anti-asiático, Yang señala que es importante hablar sobre el peligro de esta situación tanto en las comunidades como con los líderes y funcionarios electos.
Recomienda que los gobiernos estatales y locales establezcan medidas contra las agresiones de odio, así como servicios para las víctimas.
De igual modo, sugiere educar a la comunidad con herramientas para enfrentar de manera segura situaciones de agresiones o discriminación.
Manjusha Kulkarni aclara que la mayoría de las agresiones no son “crímenes de odio” sino “incidentes de odio”. Para ser considerado un crimen de odio tiene que haber un elemento criminal como agresión física (ejemplo golpiza, uso de armas) y que haya sido causada por odio a la comunidad a la que pertenece la víctima. Los incidentes de odio no tienen un componente criminal, pueden ser insultos, hostigamiento, rechazo a prestar un servicio, entre otros.