Reinician campaña para cerrar centros de detención de ICE
Marcial Morales, hondureño, 23 años en Estados Unidos, vive en algún lugar de Nueva Jersey con un grillete en el tobillo, monitoreado a diario por ICE, a la espera que su situación se defina.
El inmigrante fue liberado merced de un procedimiento legal, “Fraihat”, que permite a los detenidos por US Immigration and Customs Enforcement (ICE) que sufren condiciones médicas poner los pies en la calle.
“Sufro tres condiciones: diabetes, colesterol, presión alta, pero no me quisieron dar el “Fraihat” así que deje de tomar mis medicinas, me puse en huelga de hambre y les dije de aquí salgo caminando o para el cementerio’’,dijo Morales.
Así, después de vivir un calvario, logró el “Fraihat” y fue liberado el 20 de noviembre del 2020.
Considera que las condiciones de los inmigrantes presos son inhumanas, “que están años en prisión y ni siquiera pueden trabajar, ni siquiera por la miseria de un dólar la hora que es lo que les pagan”.
Además él, que estuvo en dos centros de detención para inmigrantes, uno en el condado de Hudson y otro en el condado de Bergen, se quejó de los precios de los alimentos en la cárcel.
Detalló que por ejemplo una bolsa de café que en Hudson se le vendía a $2 dólares en el condado de Bergen le cobraban $6. La tuna que le cobraban $3,50 en un lugar le costaba $6 en el otro.
Otro de los ex-detenidos, Bryan Vergara, que estuvo en el Centro de detención de Hudson y protagonizó una huelga de hambre para su liberación, también se quejó del trato.
“Nos apretujaban como ganado”, dijo Vergara. “Cuando mis compañeros y yo hicimos una huelga de hambre para exigir nuestra liberación de esta sentencia de muerte, las autoridades nos castigaron y amenazaron. Esto incluyó la amenaza de que nunca volvería a ver a mi hija a menos que pusiera fin a la huelga de hambre”.
Un percance familiar le impidió a Marcial Morales estar presente en la protesta que en su nombre, y de otros detenidos, se organizó en Raymond Plaza de Newark, para llamar la atención de los senadores de Nueva Jersey, Robert Menéndez y Cory Booker, el sábado último, cuando una coalición de organizaciones pidieron el cierre definitivo de los centros de detención de inmigrantes de ICE.
Allí los organizadores, que demandaron la inmediata liberación de los inmigrantes detenidos, dijeron que las circunstancias obligan: hay 14,000 inmigrantes tras rejas en Nueva Jersey y los Estados Unidos, sin cargos ni juicio, y la tasa de infección de Covid-19 entre estos presos es 13 veces más alta que la población en general.
Jorge Maldonado, ecuatoriano y miembro de “North Jersey Socialist for America”, dijo que, en efecto, es difícil que las demandas se hagan realidad en el corto plazo “porque los contratos con estos centros de detención están en vigor”.
“Ahora mismo es complicado pero la lucha es ganar el apoyo del público para demandar que no queremos tener a ICE y las cárceles que albergan inmigrantes y poner presión a los políticos desde el nivel local, estatal hasta el nacional para que se pueda conseguir todo esto,” dijo.