Marchan por trabajadores fallecidos en NJ y exigen derecho a rechazar peligro laboral
Cientos de personas marcharon el domingo por la calles de New Brunswick para recordar y conmemorar a los más de 250 trabajadores que fallecieron en Nueva Jersey en el 2020, en su mayoría, personas infectadas en sus lugares de trabajos con el virus del COVID-19.
La marcha, realizada en el marco del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (28 de abril) y dirigida por la organización New Labor, contó con una amplia presencia de miembros de la comunidad hispana quienes con carteles demandaban lugares de trabajo seguros y fuertes medidas de protección laboral.
Reynalda Cruz, vocera de New Labor, afirmó que la cifra de 250 trabajadores fallecidos en el estado en el 2020 fue reportada por la sede regional de la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés).
Cruz, quien resalta que la cifra de 250 fallecidos es más de tres veces el total de muertes en cada uno de los últimos 10 años, considera que está cifra solo refleja una porción del número de trabajadores fallecidos en el estado a causa de haberse infectados por el virus del COVID-19 en sus lugares de trabajos en el 2020.
A la fecha del 26 de abril, el estado había reportado que en Nueva Jersey 988,886 personas han contraído el virus desde el inicio de la pandemia y 25,399 han fallecido.
“Las empresas no deberían anteponer las ganancias a nuestra propia seguridad como trabajadores. No somos desechables y no dejaremos de luchar contra ellos cuando nos tomen represalias por exigir un lugar de trabajo seguro”, afirmó Abraham Castañeda, del Centro de Trabajadores de Lavandería, que participó en la marcha y destacó que dos trabajadores de su gremio (Abundio García y Juan Romero) murieron el año pasado al ser contagiados del virus en su lugar de trabajo.
No fue sino hasta finales de octubre del 2020 que el gobernador Phil Murphy firmó una Orden Ejecutiva de “Protección de los Trabajadores”, con la finalidad de reducir el contagio del coronavirus en los lugares de trabajo.
La Orden Ejecutiva que entró en vigencia el 5 de noviembre, exigió protecciones claves para los trabajadores y requerirá que los empleadores implementen protocolos de distanciamiento social, proporcionen Equipo de Protección Personal (PPE), creen un programa de notificación al trabajador si un empleado da positivo para COVID, implementar horarios obligatorios para lavarse las manos, desinfectar y limpiar los lugares de trabajo y seguir las leyes estatales y federales vigentes para proporcionar tiempo libre pagado por enfermedad cuando sea necesario.
Pero esta orden ejecutiva no otorgaba a los trabajadores el derecho de rechazar laborar en condiciones de trabajo inseguras, ya sea porque el empleador no ha tomado suficientes medidas para reducir la exposición de sus empleados a enfermedades transmisibles u otros peligros igualmente graves. Actualmente, si los trabajadores dejan de trabajar debido a tales condiciones, pierden su salario o podrían ser despedidos.
Por tal motivo, una de las principales exigencias de los manifestantes al gobierno estatal fue el derecho a rechazar trabajar en condiciones inseguras, sin recibir represalias ni perder su salario.
“Si no tenemos derecho a rechazar el trabajo inseguro sin represalias, si los trabajadores han agotado todo sus días de enfermedad pagados, están atrapados entre la espada y la pared, nuestras vidas están en juego. Vamos a trabajar para ganarnos el sustento de nuestras familias. No vamos allí para morir “, resaltó Louis Kimmel, Director Ejecutivo de New Labor.
Reynalda Cruz señaló que la Orden Ejecutiva del gobernador ha permitido a las organizaciones comunitarias vigilar a un pequeño número de compañías, para garantizar de que brinden seguridad en sus lugares de trabajo. No obstante, destaca que la gran mayoría de empresas y compañías en el estado “no están cumpliendo con esta orden ejecutiva al pie de la letra” ya que nadie las está supervisando.
“Muchos trabajadores no dicen nada, no denuncian las condiciones de inseguridad porque tienen miedo a represalias y perder sus trabajo. Por eso es importante que el estado a través del Departamento de Trabajo haga una mayor vigilancia y que el gobernador de a los trabajadores el poder de rechazar trabajar en condiciones inseguras”, resaltó la activista.
A raíz de los tiroteos en los salones de masajes de Georgia y FedEx en Indiana, la marcha también sirvió para reafirmar que los lugares de trabajo seguros incluyen aquellos libres de violencia, acoso, misoginia y supremacía blanca. En los Estados Unidos, más de 100,000 trabajadores mueren cada año por lesiones en el lugar de trabajo y enfermedades ocupacionales a largo plazo, afirmaron los voceros de New Labor.