El Profeta de los Andes en biblioteca Pública de NY
Llegando al Centro Cullman, de la biblioteca pública de New York, donde se presentó, en inglés, el libro “El Profeta de los Andes” de la periodista y escritora argentina Graciela Mochkofsky y preguntado si se necesitaba máscara para ingresar a la presentación a uno le dicen que no, y no era cierto.
Antes de empezar el acto, pidieron usar máscara, y pensando en lo que nos dijo la atenta joven que escaneaba los boletos, rechazamos la máscara que nos ofrecieron, pero unos minutos después, al voltear la vista, todos estaban enmascarados, como una cofradía, y uno se siente fuera de lugar, como si perteneciera a otra religión.
Eso debe haber sentido, en mayor grado por supuesto, el carpintero Segundo Villanueva, el extraordinario personaje de “The Prophet of The Andes: An Unlikely Journey to the Promise Land”, de raíces andinas que es un extraño al lugar, pero que luego de haber sido rechazado, persiste y se convierte al judaísmo y, junto a un grupo de seguidores, finalmente acaban en Israel, y finalmente muere en “tierra santa”.
Que un indígena peruano, obsesionado con la interpretación correcta de la Biblia, y que cuestiona el modo de interpretar y vivir el libro sagrado, por lo que es rechazado por evangélicos y pentecostales, descubre que en realidad estaba viviendo como vive un judío que lee a diario la Torah, e incluso quiere completar su camino con la circuncisión, es un personaje mítico que hay que prestarle atención.
Villanueva funda su propia sinagoga en una región apartada del Perú y, con una versión del judaísmo armada a través de sus lecturas, atrayendo cientos o tal vez miles de creyentes, llama la atención de los rabinos israelíes, que deciden llevarlos a tierra santa -hasta allí tuvo oposición: trataron de impedir que viaje aduciendo su condición de indígena- convertirlos al judaísmo ortodoxo y asentarlo junto a sus seguidores en Cisjordania.
La crítica del New York Times, Kat Rosenfield, en la reseña del libro sintetiza en dos palabras el significado de la travesía de Segundo Villanueva: es el judío errante. El mito milenario del judío “castigado” a errar eternamente por el mundo por desentenderse de Jesucristo.
La referencia jala del vestido a un libro como La Vida a Plazos de Jacobo Lerner, del judío-peruano Issac Goldenberg, donde, a diferencia del andino Segundo Villanueva, Jacobo Lerner es un comerciante judío alemán instalado en Chepén, ubicado en el Departamento de La Libertad, enclavado en la costa peruana. Ambos son personajes marginales y marginados, y, ambos son convocados por sus críticos y lectores acuciosos como hijos o herederos del Judío errante.
Graciela Mochkofsky, quien escribió con éxito (Jacobo) “Timerman: el periodista que quiso ser parte del poder”, es de padre judío y madre argentina, y la historia de Villanueva, que encontró en una búsqueda por Internet, es parte de ese lado judío de su formación, aunque ella es católica, lo que sin lugar a dudas contribuye a convertir a su personaje en entrañable.
Durante la charla la autora dijo estar satisfecha con la traducción al inglés de Lisa Dillman, la versión en español se publicará recién el mes de noviembre. Lectores interesados en la versión en inglés la pueden encontrar en Amazon.
Nota al lector: por las urgencias del cierre de edición el redactor no ha leído el libro, se ha valido de reseñas publicadas en el New York Times, en Amazon y la presentación de la autora realizada el martes 13 de septiembre, en el edificio Stephen A. Schwarzman de la Biblioteca Pública de New York