Piden ayuda para salvar edificio histórico

Una de las primeras edificaciones construidas en Passaic en los orígenes de los Estados Unidos, la Dutch Reformed Church, allá por 1760, cuando los perseguidos por su religión abandonaron Europa, se mantiene en pie a duras penas.

Ubicada en el 125 de Lexington Ave. De la ciudad de Passaic, la casona que lucha contra el tiempo que todo lo acaba, hoy es sede de una iglesia bautista y evangélica, comprada en el año 2001 por una congregación religiosa, con mayoría de fieles latinos.

El pastor del Centro Evangelístico Restauración, Héctor López, nacido en Guayaquil, Ecuador, habla con Reporte Hispano, previo a una boda que celebró en la facilidad entre una mexicana y un ecuatoriano, de la importancia de mantener y preservar éste recinto histórico.

“Este edificio es un lugar histórico, registrado en la biblioteca de los Estados Unidos como tal. Fue el primer edificio que se construyó en la ciudad de Passaic por los Dutch, la base de la iglesia puritana, conocidos como los Cuáqueros, quienes emigraron a Estados Unidos en busca de libertad religiosa,” dice López, mostrando un certificado de la biblioteca nacional de los Estados Unidos “es una pedazo de la historia de América que hay que mantener para las futuras generaciones”.

La remodelación terminó en el año 2014, a un costo de $425 mil dólares. De allí en adelante están obligados a mantener la casa, en realidad la fachada, como en los años 1700, de lo contrario, de acuerdo a ley, le serían impuestas multas de parte de la ciudad.

Al momento, dice el pastor latino, no hay ayudas de la ciudad de Passaic, tampoco de la Junta de Freeholders del Condado, que sin embargo el año pasado remodeló y abrió al público The Castle, una facilidad que fue edificio municipal en la antigüedad.

López se queja que los congresistas, los concejales de la ciudad, los freeholders de Passaic sólo la han visitado en épocas electorales y luego ¡si te vi no te conozco!

“Cuando necesitaron votos estaban por aquí, hablando español, estrechando manos, regalando sonrisas y después que ganaron las elecciones nunca regresaron y nunca ayudaron,” se lamenta.

Pero insiste que no está mendigando apoyo económico. “Solo pedimos que si hay ayuda para sitios históricos pues que la entreguen, porque sustentar un sitio histórico es más caro que una casa regular porque, por ejemplo, si tenemos que arreglar una puerta, tiene que ser como fue originalmente, y solo esa puerta, que debe ser de caoba, una madera muy cara, vale casi 3,000 dólares”.

Pese a todo, todos los años lo visitan turistas europeos, alemanes sobre todo, que están interesados en sus compatriotas inmigrantes, quienes ayudaron a construir ésta nación, arrastrando penurias y desencantos.

Por el lado latino no existe mucho interés en visitarlo, mas allá del interés de los congregantes de la iglesia, conformada por dominicanos, mexicanos, puertoriqueños y ecuatorianos en su mayor parte, debido a que no se promociona el lugar desde la municipalidad local.

En el sitio web de la ciudad el edificio de 1760 no se encuentra listado. Al cierre de ésta edición el historiador de la ciudad, Mark S. Auerbach, certificó que el edificio es uno de los recursos históricos más notables de la ciudad, pero dijo que el anterior propietario no se había preocupado de inscribirlo como edificio histórico de allí que no se encuentre listado en muchos registros públicos.