El 69 % de los hispanos apoya la eutanasia
El 69 % de los hispanos está a favor de medidas que permitan la ayuda médica para que pacientes con enfermedades terminales acaben voluntariamente con sus vidas, según una encuesta.
El sondeo nacional, realizado por LifeWay Research, revela que los hispanos consideran “moralmente aceptable” pedir ayuda a un médico para que esa persona se quite la vida voluntariamente cuando un paciente sufre una “enfermedad terminal dolorosa”.
Con el 69 % de apoyo, los hispanos es el segundo grupo que más están a favor de este tipo de medidas, sólo por detrás de los blancos (71 %) y por delante de los afroamericanos (53 %).
En cuanto a edad y educación, tres de cada cuatro jóvenes de 18 a 24 años con estudios universitarios completos también está a favor de este tipo de medidas.
Al presentar el estudio, Scott McConnell, director ejecutivo de esta compañía consultora evangélica especializada en encuestas nacionales sobre religión y cultura, explicó que “cada vez son más los estadounidenses que quieren decidir cómo van a morir”.
Esa decisión, dijo, es menos común “entre aquellos que asisten a la iglesia o que siguen creencias más tradicionales”. Pero incluso en ese grupo, “un sorprendente número considera al suicidio asistido como moralmente aceptable”.
Por ejemplo, el 70 % de los católicos y de los afiliados con religiones no cristianas aceptan este tipo de muerte, comparado con el 53 % de los protestantes.
Para McConnell, esa discrepancia entre la postura del público en general y la de los evangélicos es el mayor hallazgo de la encuesta, que tiene un margen de error del 3,1 % y fue realizada a través de internet del 27 de septiembre al 1 de octubre pasado a mil adultos.
Con la reciente victoria electoral en Colorado de la campaña “Opciones para el Final de la Vida”, ya son seis los estados del país que aprobaron la ayuda médica para que pacientes terminales acaben con sus vidas.
En Colorado, la llamada Propuesta 106 recibió dos tercios de los votos emitidos y entrará en vigor el próximo 9 de enero, permitiendo que los pacientes mayores de 18 años con menos de seis meses de vida, y en pleno uso de sus facultades mentales, reciban medicamentos que ellos mismos se administrarán para terminar con sus vidas.
La medida, que se basa en una ley aprobada en Oregón hace 22 años, sigue a las aprobadas en los estados de Washington, California, Vermont y Montana, con leyes similares. Y Washington DC recientemente autorizó la práctica, pero esa ley debe ser primero revisada por el Congreso.
En todos esos estados, las leyes permiten que hospitales, hospicios y centros de salud elijan no participar de estas prácticas.