Confusión y dudas entre inmigrantes

El temor y la incertidumbre se extiende entre una comunidad indocumentada con más preguntas que respuestas sobre si son o no una prioridad de deportación tras el anuncio de las nuevas directrices migratorias de la Administración Trump.

“No entiendo porqué tanta saña en contra de nosotros, el presidente Trump nos considera como si fuéramos lo peor de este país, no toma en cuenta nuestro trabajo, nosotros no le hacemos daño a nadie”, manifestó Rosario Fuentes, inmigrante indocumentada mexicana que lleva 12 años viviendo en el país.

Aunque no tiene ningún récord criminal y nunca ha tenido problemas con la policía, Fuentes vive con temor sobre todo después del anuncio de las nuevas directrices en materia migratoria realizado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

El memorando, divulgado y firmado este martes por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, precisa que no solo se perseguirá a los inmigrantes indocumentados con cargos criminales violentos, sino también aquellos que hayan “abusado” de los beneficios públicos o que, “a juicio de un agente de inmigración, puedan suponer un riesgo para la seguridad pública y seguridad nacional”.

“Yo he pedido seguro médico para mis hijos, los dos son ciudadanos, no sé si eso me pone en peligro de deportación”, preguntó Fuentes con dudas si eso entra en el marco de “abuso de los beneficios públicos” y por ello no sabe si debe renovar los servicios médicos para sus hijos o no.

Fuentes indicó que lo que más le preocupa en estos momentos es quien se hará cargo de sus hijos si un día se la lleva “la migra”.

El DHS también confirmó que se amplió el criterio de deportación a aquellas personas que tengan menos de dos años viviendo en Estados Unidos.

El endurecimiento de las medidas migratorias ordena a agentes a capturar, identificar y deportar rápidamente a los “inmigrantes ilegales”.

Maurice Goldman, representante de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA) dijo que las familias inmigrantes están confundidas con los nuevos cambios por lo que la mejor recomendación es que cada persona busque representación legal.

“Lo más importante que entiendan es que a pesar de ser indocumentados tienen derechos en este país, el derecho a permanecer callados cuando son detenidos y solicitar hablar con un abogado”, explicó Goldman.

Aseguró que saber sus derechos puede ser la diferencia entre ser deportado o permanecer en este país.

Las nuevas directrices del servicio de inmigración en efecto cayeron como un balde de agua fría para muchos inmigrantes como Juan González, un inmigrante indocumentado que lleva 25 años viviendo en el país.

El inmigrante tiene una hija estadounidense, la cual podría presentar una solicitud de residencia a su nombre, pero debido a que entró de manera ilegal corre el riesgo de ser castigado hasta por 10 años, lo que le impediría regresar con su familia.

Durante todos estos años, el inmigrante ha mantenido la esperanza de que se apruebe una reforma migratoria que le permita regularizar su estatus migratorio en este país.

“Nos están tratando como criminales, es triste ver que un país al que le has dando tantos años de trabajo, no te puede dar una oportunidad, no quiero la ciudadanía estadounidense, solo quiero un ‘papel’ que me permita vivir y trabajar sin este miedo de que de un momento a otro te puedan deportar”, enfatizó.

Organizaciones proinmigrantes y de defensa de derechos humanos a través de todo el país preparan clínicas y foros informativos donde hablarán a la comunidad inmigrante sobre sus derechos y como prepararse en caso de ser detenidos por inmigración.