Buscan salvar del olvido a mujeres que cantaban guarachas

Jorge Ignacio Pérez / EFEUSA

La investigadora española Beatriz Calvo Peña confeccionó una lista de las mujeres que cantaban guarachas, con Celia Cruz en lugar destacado, para que no se olvide el papel de las señoras en esos años turbulentos de la música popular bailable en Cuba.

“Siempre que hablamos de música cubana, las mujeres parece que estuvieron ausentes”, dice en una entrevista Calvo Peña, profesora de Lengua y Literatura Española en la Universidad Barry de Miami.

Investigadora de la música cubana en sus ratos libres, la profesora española presentó el pasado viernes una ponencia sobre las guaracheras en la Undécima Conferencia de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad Internacional de Florida (FIU).

Fue la única investigadora sin raíces cubanas que participó en el panel “Música Popular Cubana en la Isla y en la Diáspora”.

Su ponencia es resultado de las investigaciones que realizó en la colección musical de Cristóbal Díaz Ayala, la más amplia de la música afro-hispano-antillana, que está valorada en más de un millón de dólares y fue donada a FIU en 2001.

Calvo Peña dio con la colección y quedó prendada con la picaresca de las guarachas. De ahí surgió su trabajo “Cantantes femeninas de Guaracha en Cuba y sus grabaciones en la colección de música popular cubana y latinoamericana Díaz Ayala”.

“Descubrí que en la colección de Díaz Ayala tienen mucha música de los años 20, 30, 40 (siglo XX), en concreto de las guarachas, y entonces quise unir el asunto de ese género con el papel que han desempeñado las mujeres en la música cubana”, afirma.

Calvo Peña dice sentirse a gusto aportando un ángulo de esta historia que poco se ha tratado y a la vez manteniendo vivo el recuerdo de las intérpretes de guaracha.

Celia Cruz, la voz que destelló en el conjunto Sonora Matancera, no está tocada por el olvido, pero de otras intérpretes de esa misma época (los años 40) y de un poco más atrás “no se habla tanto”, dice.

Junto al octogenario Díaz Ayala, quien asistió a la presentación de la ponencia, la investigadora posó para la prensa antes de desgranar “los años dorados de la guaracha, los de 1940”.

En su entrevista no tiene que pensar mucho cuando se le pregunta por nombres femeninos fundamentales de la guaracha:

“El trío de Las Hermanas Márquez; Myrta Silva, guarachera puertorriqueña muy famosa, a quien se la conoce como ‘la Reina de la Guaracha’, y hubo una cantante tejana (EE.UU.), Eva Garza, que dejó muchas guarachas grabadas”, anota Calvo en una lista rápida.

Según la investigadora, el antecedente de la guaracha está en el teatro bufo del siglo XIX.

“No es que sea el antecedente como tal”, puntualiza, “sino que dentro de la zarzuela cubana había números musicales populares que eran guarachas”, dice.

El Diccionario Enciclopédico de la Música Cubana (volumen 2, 2007), firmado por Radamés Giro, define la guaracha como “un género de canción bailable, en tiempo rápido y texto cómico o picaresco”.

Indica esta enciclopedia que el término es de origen español, específicamente andaluz, y que la danza, o el baile acompañante, es un tipo de zapateo.

Originalmente se tocaba con guitarra, tres, güiro y bandurria, recordó Calvo Peña, una burgalesa de 43 años que antes de entrar en la colección de Díaz Ayala por una beca que le otorgaron en la Florida, ya estaba interesada en la realidad cubana.

Suyo es el volumen “Buena Vista Social Blog. Internet y Libertad de Expresión en Cuba” (Editorial Aduana Vieja), un compendio de textos de la blogosfera cubana.

Calvo Peña señala que en 2007 Cuba fue uno de los países que más blogs produjo a nivel mundial, en relación con la cantidad de habitantes (11 millones) y la baja conectividad dentro del país.

De la música cubana se enamoró hace unos diez años cuando estudió un Doctorado en Filosofía, en Miami.

Su ponencia sobre las mujeres guaracheras ha dejado claro que el legado español que existe en la colección de Díaz Ayala (o sea, la cuerda pulsada, porque la percusión llegó de África) puede ser reclamado en cualquier momento por un corazón inquieto.

La Colección Díaz Ayala está compuesta por 35.000 discos de acetato de larga duración (LP); 10.000 discos compactos (CD); 20.000 discos de 78 RPM; 4.000 discos de 45 RPM; 10.000 libros y revistas y también cilindros de fonógrafo.

Díaz Ayala, un apasionado de la música, emigró de Cuba tras el triunfo de la revolución en 1959. Luego de pasar por Miami en 1960, se radicó definitivamente en Puerto Rico, donde, a lo largo de los años, coleccionó discos de vinilo, papelería y fotos de si isla natal.