Se estanca disminución de mortalidad por accidentes cerebrovasculares

Después de más de cuatro décadas de disminución, el progreso se ha frenado en la prevención de muertes por accidentes cerebrovasculares, según el más reciente informe de Signos Vitales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). No solo se ha frenado el progreso en la mayoría de los grupos demográficos y estados, sino que las tasas de mortalidad por accidentes cerebrovasculares han aumentado entre los hispanos y las personas que viven en el sur.

Según este nuevo informe de Signos Vitales, el estancamiento en el progreso se da en 3 de cada 4 estados por todos los EE. UU., y no solo en el “cordón de accidentes cerebrovasculares”.

Aunque el informe no aborda específicamente las razones detrás del freno en el progreso, otros estudios apuntan a la mayor cantidad de personas en los Estados Unidos con factores de riesgo, como presión arterial alta, obesidad y diabetes.

Los accidentes cerebrovasculares son una de las principales causas de muerte y discapacidad, pero no tiene que ser así. Cada año, casi 800.000 personas tienen un accidente cerebrovascular y más de 140.000 mueren, aun cuando el 80 % de los accidentes cerebrovasculares son prevenibles.

“Estos hallazgos son una llamada de atención. Hemos logrado un enorme progreso en la reducción de las muertes por accidentes cerebrovasculares, pero ese progreso se ha estancado”, dijo la directora de los CDC, Brenda Fitzgerald, M.D. “Sabemos que la mayoría de los accidentes cerebrovasculares son prevenibles, y debemos mejorar nuestros esfuerzos para reducir la carga de los accidentes cerebrovasculares en los Estados Unidos”, agregó.

Según el informe de los CDC las personas de raza negra siguen teniendo las tasas más altas de mortalidad por accidentes cerebrovasculares entre todas las razas o grupos étnicos.

Las tasas de mortalidad por accidentes cerebrovasculares aumentaron entre los hispanos un 6 % al año entre el 2013 y el 2015.

La disminución en las tasas de mortalidad por accidentes cerebrovasculares se frenó en 38 estados (cerca de tres de cada cuatro estados y el Distrito de Columbia) desde el 2000 hasta el 2015.

Los hallazgos enfatizan la importancia de aumentar los esfuerzos para reducir la cantidad de muertes por accidentes cerebrovasculares al identificar los factores de riesgo, las tendencias geográficas y otros factores que tal vez estén causando el estancamiento.

 

La prevención es clave

Llevar un estilo de vida saludable es tan beneficioso para el cerebro como lo es para el resto del cuerpo y ayuda a reducir el riesgo de deterioro cognitivo (pérdida en la capacidad para razonar) relacionado con la edad, según se afirma en las nuevas recomendaciones de la American Heart Association/American Stroke Association.

Tanto el corazón como el cerebro necesitan un flujo sanguíneo adecuado pero muchas personas experimentan un estrechamiento o bloqueo de los vasos sanguíneos en el transcurso de su vida. Esta enfermedad es lo que conocemos como ateroesclerosis y es la causa de muchos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Muchos factores de riesgo de la ateroesclerosis se pueden modificar con una dieta sana, actividad física y evitar el consumo de productos del tabaco, entre otras recomendaciones.

“La investigación resumida en las recomendaciones demuestra de forma convincente que los factores de riesgo que provocan la ateroesclerosis, también son los principales contribuyentes al deterioro cognitivo en la vejez y la enfermedad de Alzheimer. Mediante siete sencillos pasos, denominados “Life’s Simple 7”, no solo podemos prevenir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, sino que también evitamos el deterioro cognitivo”, explica el Dr. Philip Gorelick, especialista en neurología vascular, MPH, director del grupo de redacción de recomendaciones y director médico ejecutivo del Mercy Health Hauenstein Neurosciences de Grand Rapids, Michigan.

“Life’s Simple 7” presenta un grupo de factores saludables desarrollados por la American Heart Association para definir y fomentar la salud cardiovascular. Los estudios demuestran que estos siete factores también ayudan a mantener la salud del cerebro de los adultos en buenas condiciones.

El programa “Life’s Simple 7” insta a: Controlar la presión arterial; Controlar el colesterol; Mantener el azúcar en la sangre a niveles normales; Realizar ejercicio físico; Llevar una dieta sana; Perder el peso extra; No empezar a fumar o dejar de hacerlo.

Un cerebro sano se define como un cerebro con capacidad para prestar atención, recibir y reconocer la información a través de los sentidos, aprender y recordar, comunicarse, resolver problemas y tomar decisiones, asistir a la capacidad motora y controlar las emociones. El deterioro cognitivo puede afectar a alguna o a todas estas funciones.

Las recomendaciones destacan la importancia de seguir estos pasos para mantener la salud cerebral lo antes posible porque la ateroesclerosis, el estrechamiento de las arterias causante de ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares, puede aparecer en la infancia. “Se están llevando a cabo estudios para conocer cómo las estrategias cardiosaludables pueden afectar a la salud del cerebro, incluso en las primeras etapas de la vida”, afirma Gorelick. Aunque aún es necesario realizar más investigaciones, “las perspectivas son prometedoras”.