Sube a 12 el número de muertos en Puerto Rico por el huracán María
Las autoridades puertorriqueñas elevaron a 12 la cifra de muertos en la isla por el paso del huracán María, tras hallar ocho personas ahogadas en el municipio de Toa Baja (norte).
El alcalde de Toa Baja, Bernardo Márquez, dijo que la tragedia ocurrió después de la apertura de compuertas del embalse Lago La Plata. También informó de unos 4.000 rescates en su municipio.
Algunos medios locales informaron que no se activaron las alarmas de inundación en el municipio, que sigue sin electricidad desde el miércoles como la mayor parte de la isla.
Además de los ocho muertos en Toa Baja, tres hermanas murieron en Utuado (centro-oeste) cuando un alud sepultó la vivienda en la que se habían refugiado, ya que habían evacuado su vivienda habitual que estaba en una zona inundable.
“Eso nunca se había inundado y nos sentíamos más seguras”, dijo Hilda Gloria González, una hermana de las fallecidas.
“Pero -agregó- alrededor de las 10 de la mañana cayó una piedra de esas grande y bajó todo eso (barro) por ahí y le dio un cantazo (golpe) a la ventana y yo ahí no sé nada más porque la puerta se cerró”.
La mujer explicó que sus hermanas quedaron atrapadas en un cuarto de la vivienda, ya que la puerta quedó atascada.
El miércoles el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, informó que otro hombre murió por el impacto de un tablero que había sido instalado para proteger del viento a una vivienda y que salió volando.
Tratan de conocer la magnitud del daño causado por el huracán María
El Gobierno de Puerto Rico trata de conocer la magnitud del daño causado por el huracán María mientras la gente se echa a las calles en busca de agua, alimentos y combustible, tras sufrir una devastación masiva que dejó en la isla un balance provisional de 12 muertos.
Aunque la destrucción es generalizada, las últimas informaciones disponibles indican que los daños más graves se registraron en los municipios de Humacao, Isabela y Toa Baja, completamente separados entre sí, lo que demuestra que el huracán María no respetó parte alguna de la isla.
A primera hora de la mañana aterrizó en la isla el primer vuelo con ayuda humanitaria desde Estado Unidos, además de que el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín de la capital reabrió parcialmente a nivel comercial.
Durante la jornada está previsto que aterricen vuelos de las compañías JetBlue, Delta y American Airlines procedentes de las ciudades de Miami, Atlanta y Nueva York.
El gobernador, Ricardo Rosselló, pidió a la población que no use las carreteras del país, ya que se trata de algo muy peligroso debido a que las lluvias masivas y consecuentes inundaciones continúan.
“Ahora no es el momento de estar en la calle”, dijo Rosselló, tras apuntar que la prioridad es que los puertos estén abiertos para recibir la ayuda exterior y que generadores eléctricos alimentados con diesel lleguen a las torres de telecomunicaciones repartidas por toda la geografía de la isla para restablecer el contacto entre la capital, San Juan, y los municipios.
Uno de los principales problemas continúa siendo que todavía hay áreas con las que no se ha podido contactar, por lo que no se sabe con exactitud cuál es el estado y las necesidades de muchos municipios del interior y la montaña, que fueron los más castigados por el huracán María, para algunos el ciclón más poderoso que nunca atravesó el Caribe.
Viviendas de madera o de estructuras endebles muy habituales en áreas del interior literalmente volaron, por lo que hay miles de personas sin hogar, aunque es todavía temprano para tener una idea de la magnitud de unos desastres que se sabe serán históricos.
Un helicóptero de FEMA sobrevuela mientras Puerto Rico para tener una mejor información de cómo se encuentran las áreas más remotas.
La población es la que más sufre los estragos del paso de María por Puerto Rico, con situaciones que comienzan a ser dramáticas.
Efe pudo comprobar en un recorrido por las principales avenidas de San Juan cómo la ansiedad comienza a afectar a las personas, que buscan de forma urgente víveres, agua y combustible.
La búsqueda desesperada de combustible provocó un monumental atasco en la Avenida Ponce de León, la principal, donde una de sus gasolineras se preparaba para abrir.
La ansiedad de la gente hizo que miembros de agencias de seguridad de EEUU, con armas largas en mano, hicieran acto de presencia de forma ostensible para evitar desordenes y pillaje.
El gobernador Rosselló ha establecido el toque de queda de 6 a 6 y la ley seca, normativas que se pudo comprobar que no se cumplieron el jueves de forma general en algunas partes de la capital.
Aunque el pillaje no es todavía un problema, se pudo comprobar en áreas céntricas de la capital a personas destrozando las puertas de comercios de alimentación en busca de algo que llevarse a la boca.
La gente ha salido a las calles de la capital en busca de avituallamiento en automóviles, lo que está provocando graves problemas de circulación.
Algunos comercios familiares operan de forma parcial y se espera que supermercados abran sus puertas temporalmente en las próximas horas.
El panorama es complicado, ya que la luz que se ha mantenido en hospitales, entidades gubernamentales y hoteles no se podrá mantener una vez que las plantas de diesel dejen de funcionar cuando, de forma inminente, el combustible se acabe.
Puerto Rico mira ahora a Washington y espera desesperadamente la ayuda económica, que deberá llegar en millones de dólares después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, declarara zona de desastre a 54 de sus 78 municipios.