Mexico-americanos con mayor riesgo de cáncer de hígado
Las personas de ascendencia mexicana que viven en EEUU tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado que aquellas que residen en México, según un estudio.
El trabajo, realizado por un grupo de investigadores de universidades estadounidenses, fue presentado en una conferencia de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer sobre desigualdad en materia de salud.
En la investigación, el equipo comparó los factores de riesgo que llevan al cáncer de hígado tanto a los descendientes de mexicanos que viven en Estados Unidos como a los que viven en México.
A partir de una muestra de 13.798 personas, estos especialistas evaluaron los principales factores de riesgo conocidos para el cáncer de hígado, como la infección por hepatitis B o C, el síndrome metabólico, la diabetes y el consumo excesivo de alcohol.
Los investigadores utilizaron la información de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES, en inglés) de Estados Unidos y en el caso de México trabajaron con información de los institutos nacionales de Seguridad Social y de Salud Pública.
Tras el análisis de toda la información, el grupo de investigación observó que las mujeres y los hombres con ascendencia mexicana que vivían en Estados Unidos tenían más probabilidades de sufrir obesidad, diabetes y de ser consumidores de alcohol.
Los resultados mostraron que los hombres mexicano-estadounidenses que habían nacido en México tenían menos tendencia a sufrir infecciones por hepatitis B o C, pero era más probable que tuvieran el colesterol alto. “La probabilidad de tener cualquiera de los factores de riesgos mencionados es mayor entre los mexicano-estadounidenses que nacieron en Estados Unidos que entre aquellos que nacieron en México”, sostuvieron los autores del estudio.
Al tener esta suma de factores, estas personas tienen también un mayor riesgo de sufrir cáncer de hígado que los nacidos en México.
Precisamente, en Estados Unidos las personas de ascendencia latina tienen “tasas desproporcionadamente altas” de enfermedad hepática crónica, subraya el estudio liderado por Yvonne Flores, de la Universidad de California en Los Ángeles.
“Existen múltiples estudios que han vinculado la aculturación a la sociedad estadounidense con mayores tasas de factores de riesgo conductuales adversos, incluyendo la adopción de dietas menos saludables y mayores tasas de angustia psicológica”, dijo Flores.
“Aunque muchas personas saben que la obesidad puede causar problemas cardiovasculares y diabetes, no saben que también es uno de los factores de riesgo para desarrollar enfermedades hepáticas”, agregó.
Las enfermedades crónicas del hígado, como la cirrosis, destruyen los tejidos del órgano con el paso del tiempo y, desde 2002, son la sexta principal causa de mortalidad entre los latinas en EE.UU.
“El objetivo de este estudio era comparar la prevalencia de los factores de riesgo para enfermedades hepáticas/cáncer de hígado en una muestra representativa de mexicano-estadounidenses que nacieron en Estados Unidos o México con una muestra de adultos que residen en México”, explicaron los autores.
“Otra motivación es que la enfermedad hepática crónica o cáncer de hígado se puede prevenir a través de la modificación de ciertos factores de riesgo”, señaló Flores.
Los resultados, añadieron los investigadores, “pueden ser usados para diseñar e implementar programas de promoción de salud más efectivos para encarar los factores específicos que ponen a los mexicanos en un mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado en los dos países”.
Para investigar el “creciente problema de las enfermedades hepáticas/cáncer de hígado” entre los mexicanos de ambos países, “son necesarios otros proyectos que recolecten datos binacionales con muestras representativas”, consideran.
En México, la cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado fueron la quinta principal causa de muerte en 2015 y la tercera entre hombres de entre 45 y 65 años.