Luego de estar 26 años preso, logra abrir su propio restaurante
El menú del primer día de atención al público del restaurante de Cándido Ortiz presentó un buffet dominicano para sus clientes y a cada uno le entregaba una carta de felicitación que le envió el ex-presidente Barack Obama.
“..Estoy orgulloso de ti. Recuerda los valores que te guian y manten la fe en ti mismo. Y sé que te apoyaré, a ti y a tu equipo, en cada paso del camino,” dice la misiva.
El último año de su presidencia, Obama le dió el indulto presidencial a Cándido, encarcelado por narcotráfico en 1990 y condenado a 49 años y 6 meses de prisión: hasta el 2036.
Ha instalado su restaurante en una zona “movida”, casi solitaria y poco iluminada, donde la noche luce inquietante, en la esquina están estacionados dos autos de la policía local.
El negocio “El Sabor del Café”, ubicado en Martin Luther King Drive en Jersey City, ilumina la calle y le ha dado atención pública al vecindario. Los residentes se acercaron a darle su apoyo, y consumo, y no faltó quien le trajo un regalo para la cocina.
Total: 70 comensales el primer día. Nada mal para el primer día de un restaurante.
El dominicano se hizo cocinero en prisión. Según NJ Reentry Corporation, la organización que se encarga de monitorear y apoyar a los ex-presidiarios para que se reintegren a la sociedad.
“Empecé como ayudante de cocina. Porque me dije: la única manera de comer bien es trabajando en la cocina. Y después me enamoré de la cocina. Estudié Culinary Arts por dos años y medio desde la prisión federal de Fairton, y terminé de cocinero manejando un equipo de 20 cocineros, para darle comida a 2,500 personas,” dice Cándido Ortiz
Poco antes de caer en prisión, en 1989, había resuelto abrir un restaurante en Passaic de nombre “El viejo Goyo”, el negocio se quedó en etapa de remodelación y nunca pudo ver la luz del día.
“Desde allí se me quedó el interés por ésta industria. Y me puse en mente que si algún día salía de prisión iba a tener uno propio,” anota.
Cándido, quien también es pastor, reunió apoyos dentro de su iglesia y del NJ Reentry Corporation hasta conseguir el dinero para abrir su restaurante.
Y mientras prepara camarones al ajillo con pulpo, al que agrega un chorro de vino que inmediatamente levanta una llama crepitante, confía en que su historia sirva de ejemplo a muchos jóvenes que, a una edad “donde todo lo saben”, no tomen el camino del dinero fácil.
“Con la experiencia que ahora tengo le diría que si yo volviera para atrás, sería otro. Y eso mismo le digo a los jóvenes: éste camino no tiene otro final que la prisión, la mala vida, se deja a los seres queridos, a los hijos, no puedes estar cuando un familiar se te muere. Porque es así: todos vamos a morir,” remata.
A futuro Cándido piensa escribir un libro donde volcar sus experiencia, hoy agradece por su libertad y emprendimiento a Dios, primero, a Obama, a el ex-gobernador James McGreevey que dirige el programa y al pastor Bolivar Florez, su mentor espiritual.