Bruno Bichir: “Es atractivo crear en el espectador la semilla de lo incómodo”
David Villafranca / EFE News
Perturbar al público y azuzar la incomodidad es una de las funciones del arte según Bruno Bichir, que estrenó la película “The Quarry”, un wéstern sobrio y austero sobre la culpa y la redención que, para el mexicano, conecta inesperadamente con la realidad de la pandemia.
“Me parece que es atractivo crear en el espectador, sin confundirle, la semilla de la incomodidad para que quiera descubrir algo”, opinó en una entrevista.
Con Michael Shannon y Shea Whigham como protagonistas, y la colombiana Catalina Sandino Moreno reforzando la parcela latina junto a Bichir, “The Quarry” se estrenó de forma digital bajo la dirección de Scott Teems.
La cinta se centra en un criminal e impostor (Whigham) que, tras asesinar un pastor (Bichir), se hace pasar por él para encabezar una congregación religiosa en un remoto pueblo de Texas.
“Toca puntos que a mí me son profundamente importantes y que espero compartir con todos: la redención, el crimen y el castigo, de los que tanto habló Dostoyevski”, dijo Bichir.
Esta clase de temas, que conectan con la pasión shakesperiana del mexicano, son en su opinión “lo que nos conforma como humanos”.
Y pese a que, evidentemente, “The Quarry” se rodó sin tener ni idea de lo que se venía encima con el coronavirus, el actor llamó la atención sobre la vigencia de su narración en estos difíciles días.
“Es fascinante que esta película se haya hecho antes de este momento atroz y que, cuando sale a la luz, nos estamos viendo ahí, donde no hay tecnología que valga, donde no queda nada más que el demonio interno de cada uno de nosotros confinados para hacer reflexión y decir: ‘¿Qué he hecho con mi vida? ¿A quién he lastimado? ¿A quién he amado? ¿He hecho lo correcto’”, argumentó.
“La película habla de ese principio fundamental de la filosofía moderna: el hombre es malo por naturaleza y el ser sociable hace que se redima, o es bueno por naturaleza y la sociedad que hemos conformado lo corrompe”, indicó.
“Creo que esa es la pregunta que nos estamos haciendo todos en este momento: qué va a pasar cuando todo esto acabe. Cómo vamos a regresar, cómo vamos a volver a mostrar nuestros afectos, cómo nos vamos a volver a mostrar a nosotros mismos… ¿Nos vamos a seguir mintiendo en internet? ¿Vamos a seguir posteando fotos ideales en Instagram cuando nuestra vida se está desmoronando?”, agregó.
Aunque su personaje, sin riesgo de destripar el filme, es asesinado en el primer tramo de la cinta, Bichir resaltó que su rol es quien “detona” la acción y destacó que, después de muerto, se convierte metafóricamente “en un fantasma, en un halo, en una presencia que permea toda la película desde el primer fotograma al último”.
“Eso es una delicia para un actor: estar en la mente del espectador sin estar en la pantalla”, indicó.
“Mi personaje tiene muchos infiernos. Es un hombre religioso, un pastor, un hombre espiritual. Pero ya de entrada tiene un mundo interno retorcido, que no es una cosa demoníaca en absoluto, pero sí oscura. El hecho de que le veamos tomar y tomar (beber alcohol), desaliñado pero puestecito… Es un hombre de contradicciones. Eso, para un actor, es oro preciado encontrado en el desierto”, explicó.
Bichir ensalzó asimismo su “intensa” colaboración junto a Shea Whigham, un actor de afilado rostro y turbadora presencia conocido por series como “Boardwalk Empire”, “Fargo” o “Homecoming”.
“Es un monstruo de actor: comprometido, cariñoso, amoroso, gran compañero de trabajo. Es una bestia”, elogió.“Lo que trabajamos en colaboración a partir de lo que propuso fue que él, yo, Catalina, Michael, y todos los que estuvimos involucrados, nos despojáramos de nosotros mismos y de nuestras herramientas profesionales de trabajo para abandonarnos a los personajes y ser lo más honestos que pudiéramos ser”, finalizó.